Glub...

Chamacas y chamacos, en aquéllos días en que las costumbres bárbaras de nuestra incipiente democracia aún condonaban la extracción de las amígdalas, un servidor debió someterse no sólo a tal procedimiento (que es uno de mis sueños recurrentes más vívidos, desde la sala verde a media luz con todos los infantes alineados en camillas que desaparecían una a la vez y volvían a la media hora, hasta la enfermera que me envolvió los pies y la cabeza en periódico y me dijo que era un disfraz de Kalimán), sino también a meses de clases de natación que teóricamente contribuían al fortalecimiento de las defensas (supongo que por la marinada en cloro).

En estos días apocalípticos estoy agradeciendo bastante esas clases de natación...

Tengo esa curiosa sensación en estos días de que hay tanto acumulado por hacer que ya ni me acongojan las fechas de entrega...

Termina la paz y las criaturas vuelven a la escuela, lo que va a crearnos una situación de tránsito interesante (ya me había acostumbrado a las calles medio vacías en hora pico). Me pregunto cómo les va a ir a los rehenes de ya-saben-quién...

En fin, desde este viernes 25 y hasta el domingo 27 vamos a estar ocupando espacio vital y consumiendo oxígeno en algún lugar de la Comictlán en la Expo Guadalajara... llevaremos lindo material de Holy y de otras cosas, hecho con amor y adjudicable por mínimas cantidades. Y la Onlyguana también llevará su nueva línea de libretas. Así que tendremos diversión para chicos y grandes.

Suponiendo que terminemos todo lo que hay que hacer antes, por supuesto...

Pórtense mal, cuídense bien, Nancynismo para todos, saludos a la Prieta con un pie en el oktoberfest, a la Polla viajera, a la Chaparra de Sololoy, al buen Buttkick, al Güichi, al Yorch y similares, al heróico Cuaas, al Sr. Paperpanic, al Animal con más familia, al cuate Edel, al Célebre Hermano Comiquero, a la familia Maybrick, Aquiles, Zéfiro, y a toda la maravillosa gente al otro lado del Alzheimer.

Y a la mejor novia del mundo mundial.

Próxima semana, el cierre de una jornada exitosa o la caminata bajo la lluvia con el material no vendido anegándose.

RECOMENDACIONES:

-LA DAMA DEL AGUA:

Una de esas leyendas urbanas en el medio de los escritores y guionistas es que sólo existen 21 historias. (El número varía según la fuente). Claro, son 21 súpersimplificaciones tipo Protagonista-en-busca-de-algo o Protagonista-se-enfrenta-a-antagonista-por-un-premio-que-ambos-codician. Bueno, según esa afirmación, todas las demás historias son sólo variaciones y condimentos que pueden reducirse a alguno de esos 21 argumentos básicos. (Lo cuál puede tener su grado de razón: por decir algo, la anécdota de Rocky podría ser la misma que la de Con Ganas de Triunfar, sólo con detalles diferentes).

En fin, eso viene al caso porque las historias son la creación más antigua del ser humano, la que ha recibido más análisis complejos que cualquier otra, y la que es tan simple que cualquiera puede contar una desde que aprende a hablar. Claro, hay de historias a historias, y hay quienes las cuentan mejor que otras. Todo lo que nos rodea son historias. Hay cosas que compramos porque la publicidad nos contó una historia que creímos. De pronto evitamos un lugar, porque un vistazo nos sugiere que la pared está por caerse o que alguien puede estar ocultándose a la vuelta de la esquina. Nos paralizamos por una llamada telefónica en la madrugada y ya invocamos mil historias antes de llegar al aparato.

Y a veces retribuímos bien a los que cuentan las mejores historias. Las necesitamos. Nos entretienen, nos enseñan, o nos recuerdan algo de nosotros que habíamos olvidado.
A veces todo de una vez.

La Dama del Agua es la quinta película de M. Night Shyamalan. Que no necesita presentación, se hizo inmortal al dirigir Sexto Sentido, y cualquier cosa que ha hecho después sufre o gana por comparación. Esta tal vez no es su obra más espectacular, pero se nota que ha aprendido a fuerza de repetición (al menos ya no espera medio minuto entre diálogo y diálogo), y es de lo más loable que puede darse el lujo de mantenerse en los temas fantásticos que le interesan, contándolos de la manera que quiere. No hay muchos directores que puedan decir eso (al vuelo sólo se me ocurre Memo del Toro).

Esta vez nos trae una historia tradicional sobre la gente del agua y su relación con el resto del mundo. Todo lo que podrían esperar de él está aquí: excelente fotografía, una manera magistral de construír el suspenso, música efectiva, algo fantástico y aterrador que de pronto irrumpe en la vida diaria y una serie de personajes únicos y sorprendentes que necesitan redención. No hay tantos giros de la trama como en Sexto Sentido o El Protegido y la historia tarda un tanto en despegar, pero al final es una experiencia redonda. Paul Giamatti hace una actuación sublime, como la mayoría del elenco, el propio Shyamalan incluído, ahora haciendo un papel importante. Y una vez que se encarrila, la historia fluye por sí sola. Sigue las reglas que ahí mismo se establecen, todo está a la vista desde el principio y sólo es cuestión de unir las piezas.

Seguramente, toda la película es una parábola de doble sentido de Shyamalan (ya he escrito varias veces el nombre y no estoy seguro de que así se escriba). El nombre de la ninfa es Story, y cada elemento, directa o indirectamente se trata de rescatar la Historia. De asumir el papel de cada uno dentro de un gran esquema, de creer que todo tiene un sentido y que en algún momento se va a revelar nuestro propósito. De que nada es fortuito, y que a veces tender la mano tiene sentido, aún si lleva un gran costo. Y sobre todo, que a veces simplemente hay que creer para que las cosas funcionen.

Hay que retribuír bien al que nos cuenta la historia. Nos lleva a lugares que nunca habríamos imaginado y nos hace pensar y brincar y sentir y reír y gritar. La cuenta bien, y nos hace recordar algunas cosas que a veces olvidamos. Que siempre hay un camino y que casi siempre hay manera de resolver las cosas al final. Y que aún con un final, todo continúa, y después vendrá otra historia.

Y que vale la pena buscar otra historia.

Eso es.