Gajes en gajos...

...así que recibo una llamada al final del día para decirme que hay una semana más para entregar el trabajo en turno, justo cuando estaba a punto de terminar (lo que no es un verdadero problema, excepto porque le había dado preferencia sobre otro trabajo que sí urge)... caramba, no sé si esos mensajes de buena voluntad me ocasionan más gusto u hostilidad cuando son tan a destiempo.

En fin.

La lluvia hoy estuvo cronometrada, una tormenta de diez minutos cada dos horas, hasta la pesada por la noche... y tornado en Puebla. Tornado fue una película bastante aburrida, por cierto, no entendí ese par de años en los que se pusieron de moda otra vez las películas de desastre con Volcano y todas las otras... los setentas debieron ser una época bastante histérica, si la gente estaba de humor de ver veinte versiones de Aeropuerto, Terremoto, Inundación y similares... no había reflexionado sobre ello, algún día escribiré una tesis sobre lo que las películas evidencían del contexto histórico y la psicología de masas...

...o sobre por qué casi siempre que aparece una película importante, surge una versión similar de bajo presupuesto. Eso se me hace bastante raro, sobre todo con las animaciones de Disney, que siempre tuvieron sus gemelas pobres. Se me hace raro porque aún pagando maquila china las animaciones no son baratas de hacer, y alguien debe estar haciendo negocio.

Alguna vez me ofrecieron gatear como animador para una película animada latinoamericana llamada Rosita a cambio del software utilizado en ella... no me latió la idea, y dado que diez años después no he escuchado de Rosita, creo que por una vez el instinto fue correcto.

Estoy desvariando, demasiada información y trabajo en veinticuatro horas.

He decidido que mi autobiografía se llamará Soplándole al Paracaídas, y el primer capítulo, como bastantes de ustedes saben, se titula Todos los Maniquíes Tienen Frío.

Eso es.