Viernes y de grito...

... soy pésimo para salirme de proyectos, o más bien para decir que no sin importar la carga de trabajo (de haber sido atractiva colegiala me la habría vivido embarazo tras embarazo)... me imagino que por eso voy a necesitar trasplante de hígado antes de tiempo...

Tengo una cierta aversión a las fiestas patrias, que como todas mis aversiones, viene de un trauma de la infancia... a saber, del año de nuestro señor de 1982 (¿83?) en que nos obligaron a hacer el numerito de los Niños Héroes (que afortunadamente no había balcón o algo similar, ya que a su servilleta le endilgaron el papel de Juan Escutia), y uno de los implicados para darle más realismo al papel llevó un rifle de copitas, el cuál no perdió la oportunidad de demostrar en funcionamiento, con consecuencias que le hubieran dado bastante material a Michael Moore. No, nada letal, pero sí bastante espectacular y sangriento, y estamos hablando de niños de ocho o nueve años.

También estaba el ¿premio? de poner a los promedios más altos en la escolta... ODIÉ la escolta, había que estar ensayando en el recreo y llevar guantes de Mickey Mouse y hacer el ridículo en frente de toda la escuela... y si hablamos de los honores a la bandera todos los lunes, sin comentarios (lo único interesante era que sin falta siempre había algún compañero escolapio que iba sin desayunar y se desmayaba a medio homenaje, esa parte era espectacular)... estoy seguro de que tiene que haber una forma más racional y efectiva de que a los enanos les guste la bandera y sus similares. Tal vez con las cocadas tricolores.

En fin. Por primera vez desde el viaje a San Diego, estamos a punto de sacar todos los pendientes y de tener tiempo para los proyectos personales que nos harán millonarios. Veremos.

Y en cuanto a la de hoy... a los amigos extranjeros, es broma, ¿OK? es sólo que estoy harto de que Hugo Chávez y Bush y Fidel Castro tengan siempre su opinión respecto a nuestro país tercermundista.

No se revienten mucho, es puente.

Eso es.