Moneando en la hielera...

... de hecho, esto aún no es frío... frío en aquéllos días en que era un niño de universidad, y tenía que cruzar aquélla de cuyo nombre no quiero acordarme a las 6:30 de la mañana y a oscuras, y la temperatura baja aún más en enero... eso sí, nadie se dormía en clase...

...excepto en Antropología Filosófica, que es una materia que recomiendo ampliamente para tratar el insomnio, pero eso es otra historia.

Hoy me siento particularmente magnánimo, así que he decidido resolver los problemas de financiamiento de Ya-Saben-Quién, y hacerlo de manera totalmente legal y dejando satisfechas a ambas partes. Realmente es simple, y ni siquiera hay que tocar el presupuesto... sólo basta aplicar una promoción que ví en una tienda de chácharas para pubertas el fin de semana. Se venden boletos a aquéllos que expresen su odio absoluto a la criatura (esto es fundamental). Al final, se hace una rifa. El ganador recibe un mazo para reventar concreto (o un bat de béisbol, en su defecto), y un minuto a solas con el ente...

Hey, yo compraría diez boletos...

Ok, esto ya es frío...

Tenía yo la plena voluntad de romper la alcancía y finalmente contratar internet de banda ancha... (el cuál no es indispensable, pero sí altamente deseable)... la voluntad de alguna manera se me quebrantó cuando Telmex me dijo que debo contratar por 24 meses mínimo... como si hubiera escasez de demanda, tendría que esperar 10 días a que hubiera módem y otros 10 a que hubiera servicio.

Toca pagar impuestos...

Eso es.