Entre moneros te veas...

Hoy me encontré con una razonable concentración de moneros que hace rato no veía... ¿y saben algo? Somos gente bastante rara... pero creo que tendremos proyectos para los próximos meses de los que mejor no hablo para no acabar de sebarlos, conozco mi suerte.

Voy a escribir algo... no creo que tenga sentido:


En el momento que cayeron las cartas, Brancho supo que tenía todo en su contra... su sospecha se confirmó al agregarlas a las que ya estaba sosteniendo: una de ellas completaba el par de parcas... de todos los pares posibles, tenía que ser ese en particular.

-Pago por ver- dijo a su oponente, mientras deslizaba un par de doblones de oro del siglo XV hasta el centro de la mesa, que ya ostentaba un considerable cerro de dólares, denarios, talentos, rupias, dracmas, y una rara moneda radiactiva que no se usaría hasta el año 3000 de uno de los futuros posibles.

Al otro lado de la mesa, el jugador cubierto con la gabardina forrada de veinte parches de patrocinadores varios inclinó más la cachucha sobre sus lentes oscuros, y mostró una corrida de torre, estrella, luna, muerte y sol...

Brancho se dijo por enésima vez que no había peor juego que el póker con cuatro mazos de tarot mezclados: no sólo perdías tu dinero, también te decía el futuro con cuádruple precisión. Arrojó sus cartas sobre el montón de piezas monetarias sobre las que no tenía potestad alguna.

El jugador anotó otro tanto en una gastada libreta de espiral... lo hizo en esperanto, que al parecer era el único idioma que dominaba. Brancho trató de ver algún rasgo reconocible del hombre que le había revelado lo que iba a pasar en sus últimos veinte minutos de vida, y no lo logró. Para efectos prácticos, podía ser Mahoma o Hitler, daba lo mismo.

-¿Tenemos tiempo para otro juego?- preguntó Brancho.

-Yo sí- contestó el jugador, en esperanto.

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Ugh...

Nuevo garabato en deviantart.

Eso es.