Wednesday, August 24, 2005

Por todas partes...


El clima está sobrenatural en estos días... hubo al menos cinco tormentas en el día, de esas que no avisan y ya que se sueltan desaparecen... y hace frío. No es correcto que haga frío en agosto, caramba.

Pasé la mayor parte del día encerrado haciendo una página, que cuando estuvo terminada, la dueña de las quincenas me hizo ver de una forma totalmente distinta... en fin a ver qué pasa, peor me fué con la de los globalifóbicos... y ya después, hicimos un extremo tour para ultimar detalles para la inminente convención (que, si la publicidad es algún indicativo, tendremos suerte si hay más gente que expositores), por cartón, impresiones, camisetas, impresión de camisetas (por supuesto, la novia sabía que era mejor en camiseta negra, tenía razón)... aún no hay trabajo aprobado, y de pronto me encuentro con la perspectiva de una mañana casi desocupada mañana... tal vez adelante todo lo demás que está atrasado. En mi próxima reencarnación voy a nacer debiendo trabajo.


Una historia:


Había miradas de todo tipo en el burdel: claras, maliciosas, depresivas, desoladas, culpables, ansiosas, aburridas, nubladas, hastiadas... venían desde la escalera, los sillones, el escenario, las mesas, la alfombra, el candelabro, y la parte superior del librero de roble que había pertenecido al Marqués de Sade (y de quién se rumoraba, había al menos una reliquia guardada tras una tabla falsa en el fondo del librero)... venían de ojos verdes, cafés, azules, violetas, nublados por cataratas y protegidos de la realidad por anteojos... había muchas miradas en el burdel, y sólo tenían algo en común.


Todas estaban mirando al robot bamboleante que acababa de entrar por la puerta.


Madame Extasia fue la primera en recobrar la compostura. Se dirigió al ente de metal y silicón (bueno, pensó, la mayoría de los clientes tienen caderas o rodillas metálicas... y la mayoría de las chicas tienen bastante silicón para hacer diez de estos) y lo miró con curiosidad mientras formulaba una perorata complicada con los cuatro tentáculos de metal que surgían de lugares inusuales en su cuerpo artificial. Sonaba como si alguien asesinara a latigazos la guitarra de Jimi Hendrix.


Madame Extasia miró a su alrededor. La mayoría de sus empleadas estaban discretamente ocultas tras el cliente más cercano... no iba a ser fácil atender a la criatura. Suspiró y buscó en el bolso de cien aberturas que siempre llevaba con ella, hasta extraer un llavero.


- Mustang rojo -le dijo al robot, mientras depositaba las llaves en sus tentáculos- tienes una hora, o hasta que proteste el radiador. Y por favor, usa cubierta, ¿sí? No necesito robobebecitos rodando por la casa.

El robot se alejó bamboleando. Madame Extasia pensó que era buen momento para cambiar de auto.

Eso es
.

1 Comments:

Blogger aurangelica said...

Animo Novio!!

Estoy segura que todo saldrá muy bien!!!

Ojalá todos se apunten para ir a la expo este fin de semana!!!

Mucha suerte!!! :*

Te amo!!!

11:15 AM  

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