Tuesday, August 23, 2005

Día subconsciente...


Una de las cosas positivas de ser el propio jefe y trabajar en casa (aparte de que puedo ir al cine por la mañana... bueno, podría si hubiera algo que ver, y que puedo ver Smallville) es que puedo pasar medio día haciendo zanja en el piso para terminar haciendo tres rayones en la aterradora hoja en blanco, y decir: ya está la idea, el resto es fácil. (Y podría no parecer mucho, pero si alguna vez estuvieron trabajando con cámaras conectadas a monitores en la oficina del jefe, y con la consigna de anotar CADA HORA el porcentaje de avance en lo que estuvieran haciendo, esto parece la gloria).

Así que estoy en la primera entrega de algo nuevo, o más o menos nuevo... bueno, no, nada nuevo, voy a tirarle a una agencia de publicidad y va a ser en un sitio donde no haya problemas, y mi heroína va a ser una ejecutiva de cuenta sin un miligramo de decencia. La ejecutiva perfecta, pues.

¿Saben cuándo supe que no estaba trabajando para un ser humano, allá hace muchos años en la antesala del infierno? Cuando me regresaron de la puerta a punto de salir para decirme que tenía que quedarme hasta terminar algo que acababan de enviar y que se entregaba por la mañana, y después de tres o cuatro horas frustrantes (debían ser las once de la noche, más o menos, a mi edad es difícil saber), el símil de humano que era el jefe se apareció de alguna junta misteriosa en camino a su cueva, se detuvo, estuvo un rato mirándome cadavérico, con ojos vidriosos y agonizando frente a la máquina, me palmeó el hombro y me preguntó : "¿Estás contento?"

Hijitos míos, hay una leyenda creada por H.P. Lovecraft sobre un libro maligno llamado Necronomicón, el cuál está tan lleno de maldad que con sólo leerlo en voz alta puede destruir el cosmos. Pues bien, una biblioteca de necronomicones no igualan una palabra de lo que cruzó por mi mente en ese momento. He dicho.

En fin.

Y aún hoy tengo que esperar a que me aprueben para poder entregar el trabajo... rogando que me permitan terminar su trabajo. Bueno.

Acabamos de aprender cómo modificar la lista de links... el primero que pusimos es el de la Dueña de las Quincenas. Vayan y vean.

Y esa cosa que está al principio... bueno, algún día que tenga la vida resuelta y tiempo ilimitado para hacer todo lo que quiera, voy a hacer una versión en cómic de 20000 leguas de viaje submarino, con monstruos insuperables y un Nautilus que quite el aliento. Sí.

Eso es.

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