Sunday, August 17, 2008

He redescubierto mi fobia a la estupidez...

...Chamacas y chamacos, como es de todos sabidos, está mal discriminar a la gente por su raza, nacionalidad, religión o preferencia sexual.

Pero está perfectamente bien, (y está recomendado en la leyenda nutricional de los Gansitos después del come frutas y verduras) discriminarla si es un ejemplo clínico intencional de idiotez crónica.

Viajen en el túnel del tiempo conmigo al pasado, digamos, unos quince minutos después del momento en que Michael Phelps ganó su octava medalla. Lugar, el otrora pacífico departamento de todos ustedes.

Las señales estaban en el ambiente. Desde la mañana, el sol salió en un cielo de color acero templado y el repartidor de agua Ciel llamó tres veces, y la ropa para planchar no completó las diez piezas. Uno debe aprender a interpretar los portentos, y sufre cuando no lo hace a tiempo.

Dieciséis minutos después de la inmortalidad de Phelps, la ovación no terminaba.

De hecho, o bien la TV de varias generaciones atrás repentinamtente había desarrollado un sonido de 5:1 surround, o la ovación se había trasladado medio mundo. Era tan real, tan cercana, tan vívida.

Tan parecida a una fiesta de los chamacos gays del departamento de al lado.

(Aquí es donde es importante hacer una aclaración: el término gay no es utilizado con el menor afán despectivo... es para poner en contexto todo lo que ocurrió a continuación. Líbreme la vida de ser discriminatorio. Todo ser humano es perfectamente libre de recibir en su organismo lo que sea que le haga feliz mientras lo mantenga ahí, o lo desheche en donde no estorbe. Lo cuál no ocurría con las ondas sonoras de esa noche en particular).

Ok, nos dijimos... estos chamacos han sido tranquilos, ya llevaban cuatro meses sin hacer reuniones ni nada parecido, todo mundo tiene derecho a hacer alguna de vez en cuando. Ahorita se calman.

"Ahorita" es uno de los veinte mil nombres de la Eternidad, está en el I Ching.

Porque la música siguió subiendo. Y la gente siguió llegando. Y con el referente de que los departamentos del edificio en cuestión deben ser aproximadamente iguales, estoy seguro de que Stephen Hawking no podría encontrar una explicación cosmológica de cómo demonios podían entrar más de cuarenta individuos en un espacio apenas superior a multifamiliar Infonavit.

Y del abstracto omnidireccional del Punchis-punchis, se alzó la retahíla de berridos de Mónica Toronjas. En Karaoke. Con coros. A la una y media de la mañana y en ascenso.

Ahora... soy tan desvelado como el que más por razones laborales. Es muy raro el fin de semana que me rindo antes de las dos AM. Pero, caramba, el respeto al derecho ajeno termina cuando me empiezas a recetar dosis letal de "SÓLO SE VIVE UNA VEEEEEEEEEEEEEEEEZ" como en tratamiento de Naranja Mecánica. Así que la Onlyguana y un servidor, con la angustia de comportarnos como los vecinos amargados de los que siempre se burlan en las películas, fuimos al departamento en cuestión a rogar unos cuántos decibeles menos.

La gente seguía llegando.

La puerta se seguía abriendo.

Logramos vislumbrar a uno de los inquilinos del depto en cuestión, que nos reconoció y huyó a esconderse tras su pareja. No sin habernos ofrecido, previa identificación, su micrófono de karaoke con lucecitas y brillantes. Preferimos no buscar detalles en la masa de entidades que se movían y ondulaban tras él, fosforescentes bajo la luz negra que los hacía parecer mal video ochentero. Lovecraft hubiera estado orgulloso.

La pareja, de rosa y ojos inyectados (y no quiero ni pensar qué o cómo se había inyectado), vino a preguntarnos qué se nos ofrecía. De la manera más atenta y apelando a sus valores humanos le hicimos la petición. Nos respondió muy amablemente que en un momento le bajaba poquito.

"Poquito" es una de las ocho mil maneras de mandar al diablo, según el Necronomicón.

Así que nos quedaba la opción de seguir con la amargura (porque era un hecho que si hasta ese momento el administrador no había detenido la barbarie, o no lo iba a hacer, o no estaba disponible), o intentar un coma piadoso. Más facil para un servidor: pasé mi estado de feto en un departamento junto a la vía del tren, puedo conciliar el sueño a un lado de una explosión nuclear. No cómodamente ni de inmediato, pero vaya.

Hasta ahí, vamos a considerarlo como una travesura de las que ocurren normalmente porque los chicos son chicas. Perdón, chicos.

Llega la mañana.

Y encontramos una camioneta ajena al edificio, en sentido contrario y obstruyendo exactamente nuestro cajón de estacionamiento.

La conclusión inmediata es que pertenece a un invitado rezagado de la fiesta, ¿verdad?

Así que vamos de la manera más civilizada posible a arrancar a los apreciables vecinos de los brazos de Morfeo. O Philippe, o Roger, o Jacaranda, el nombre no importa. Supusimos que estarían crudos y sensibles, de manera que nos ensañamos activando el timbre personalizado que toca "Claro de Luna" que instalaron ex profeso para la ocasión. Gracias al Señor por las pequeñas venganzas.

Uno de los dos individuos aparece en bóxers, y responde a nuestra amable solicitud de MANDAR AL ANIMAL QUE NOS ESTÁ TAPANDO LA COCHERA A MOVER SU PORQUERÍA diciéndonos que ya no queda nadie de la fiesta y que no sabe de quién es la camioneta.

(Es importante comprender bien este punto, una declaración directa que no deja lugar a dudas, ¿estamos de acuerdo, señores del jurado? Bien, ahora procedo a mi declaración final).

Pasamos la siguiente media hora (porque aunque no lo crean, habemos quienes tenemos el tiempo limitado en domingo también, gracias) despertando a todo el respetable vecinal, desde el administrador hasta el que no conocemos, en vano. El estorbo vehicular en cuestión, además de tener la alarma desactivada, tenía el piso cubierto de recibos de hoteles y copas vacías. En serio.

El caso es que a dos segundos de recurrir a Tránsito, llega uno de los invitados de la fiesta, recién salido del departamento escenario de la bacanal nocturna. Que, o bien durmió en conserva, o bien tuvo el tiempo y la paciencia de bañarse, cambiarse, planchar su atuendo, acicalarse, y cotorrear con su amiguis del celular en la escalera (en donde aparentemente ya llevaba un rato para cuando nos dimos cuenta de su existencia), todo ello mientras nosotros nos desvivíamos en la desesperación. El individuo en cuestión nos perdoneó infinidad de veces en lo que pasó corriendo, subió a su carruaje y desapareció.

OK, sí soy amargado, eso no es sorpresa para nadie. Pero, caramba, en ocasiones incluso tengo buenas razones. ¿Qué demonios se ganaba el vecino con negar a su compañero de pijamada? O sea, no era como que nos íbamos a ir a dar la vuelta a la manzana a esperar que la camioneta desapareciera. Independientemente de haber molido mínimo hasta las cuatro de la mañana, con total desprecio por los derechos de cualquiera que estuviera fuera de su minidiscoteca, o de haber dejado el edificio cubierto de deshechos y cenizas, o etc, etc.

Desde esta mañana tienen ondeando su bandera del orgullo en el balcón. Presiento que necesitaban la fiesta para agarrar valor, gracias.

Señores del jurado, está mal discriminar a cualquiera por su raza, nacionalidad, religión o preferencia sexual.

Pero la raza, nacionalidad, religión o preferencia sexual, sea la que sea, no evita que alguien sea un IMBÉCIL. Estimados vecinos, a NADIE le importa lo que hagan de SUS vidas. A TODOS nos importa que sean tan condenadamente EGOÍSTAS, INDIFERENTES E IDIOTAS como para creer que tienen el derecho de afectar NUESTRAS vidas.

Y si notan que vuelvo a sonar como yo, mis pequeños pitufitos, es que hace mucho nadie me hacía enojar...


Eso es.

2 Comments:

Blogger aurangelica said...

Caramba... vaya fin de semana...y la media hora que nos hechamos de maniobras en vano tratando de sacar el coche... En fin...

7:25 AM  
Blogger Quien Resulte Responsable said...

Esto no hace más que reafirmar mi decisión de construir yo mismo mi propia casa mía de mí. La de vivir en un departamento ha quedado reafirmada al leer este artículo.

Tiene usted un sitio interesante, caballero (sin acritud). Lo agregaré a mi lista de lecturas.

3:58 PM  

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