Cada vez que voy a la Comictlán...

...me deprimo por traer demasiado fresco el recuerdo de la Comicon...

Mmm... no me lo tomen a mal... no le tengo más que agradecimiento a Jorge Hidalgo y la Maestra Rossy por el espacio, pero, caramba, el evento se aleja cada vez más del intento original. Ya saben, tiangueros y chavitos que me preguntan si vendo cosas de Naruto :P y una conferencia sobre el valor de las máscaras de Lucha. Lo que ya es prácticamente inexistente somos los autopublicantes. Creo que esta vez se redujo a los Minervos y los Penumbros y su servilleta (creo que me dijeron que estaba Dislexia, pero no los ví) (me dicen que en la Con Comics fue mejor). Y los asistentes obviamente llegan tan gastados a la mesa, después de los 70 de entrada, que ya no les queda más que para comprarle un póster de alguna chica manga encuerada al que los da a veinte pesos. Y no hay cómo competir con ESO.

Eso sí, los disfrazados van en aumento. En fin, es bueno ver a algunos de ustedes por ahí, con la hambreada y todo.

En fin.

Extraño la rutina olímpica, de repente la TV y los horarios son muy ordinarios. Ah, en fin, si hubiera todos los días uno se cansaría, lo que las hace especiales es que son cada cuatro años.

(Y tengo que reconocer que TV Azteca definitivamente corrigió el rumbo a tiempo. Sí se echó en falta José Ramón y sobre todo el Güiri Güiri... pero bueno, con lo que tenían para trabajar, la libraron. Y digan lo que digan, pero tienen los comentaristas que le ponen el mejor condimento a las hazañas).

Me sigue preocupando que la ortografía ya sea un arte olvidado... sólo en esta semana ví errores garrafales en los súpers de las transmisiones olímpicas y en la portada del Selecciones.

Si sólo era cosa de que los de la NBA se pusieran las pilas, yo lo sabía.

Seguimos trabajando y esperando que se aleje la lluvia.

Eso es.