Rumiando en los despojos...

Chamacas y chamacos, a que han sido dos días tensionantes...

Pero qué diferencia hace en el humor del Grinch un punto porcentual arriba...

En fin, no hay nada oficial hasta el miércoles, pero seguro que hemos aprendido algunas cosas:

-que cada voto cuenta, digan lo que digan. Y si alguno de los veintiocho millones que no votaron se queja de cómo quedaron las cosas, zorrájenles uno de mi parte. También aplicable para los ochocientos mil y algo que anularon la boleta.

-que con todo y la lástima que daba Madrazo hecho pedazos en televisión nacional, supo retirarse con elegancia.

-que no es buena idea salir a celebrar al Zócalo antes de tiempo.

-que ante la derrota o la victoria es cuando todo mundo muestra el cobre...

-que a alguien le va a reventar el poco cerebro que tiene antes de aceptar que existe la posibilidad de que no ganara...

Mmm... ¿desde cuándo me hice tan político? Nunca me dí cuenta.

Por lo demás, estamos a poco más de dos semanas del día SD, y seguimos trabajando.

Pórtense mal, cuídense bien, Nancynismo para todos, saludos y paz a la Prieta, a la Polla en casilla especial, a la Chaparra en la distancia, al Sr. Trazo, al buen Buttkick, al heróico Cuaas, al Yorch y similares, a Mica, Ale, la familia Maybrick, Universo, y toda la maravillosa gente al otro lado del Alzheimer.

Y a la mejor novia del mundo mundial, por supuesto.

Próxima semana, quizá paz, quizá amor.

RECOMENDACIONES:

-CARS:

Mmm...

Bueno, vamos a dejar de lado lo obvio de entrada: cada cuadro de esta película es simplemente una obra de arte. Y sí, hablar de la capacidad técnica de Píxar es como hablar de la estupidez de Britney, es algo tan grande que es imposible de negar y tan habitual que ya se da por sentado. Imagino a los técnicos pixarianos checando medio millón de veces cada carrera de Nascar de la última década para aprender a reproducir (y mejorar) cada material, cada sonido, cada mínimo detalle físico, cada choque, frenado y aceleración.

Impecable.

Y como es requisitorio, cada personaje está perfectamente definido, desde el maldito hasta el héroe olvidado... cada uno inspira exactamente la simpatía o el desprecio que está destinado a recibir, y por supuesto, las actuaciones son perfectas, lo que debió ser un infierno cuando sólo hay faros y parabrisas para trabajar...

No creo que les guste a los niños.

Como todas las películas de Píxar, en mayor o menor medida, la historia gira en torno a la nostalgia: en este caso, la nostalgia por la vida tranquila y los vecinos que se conocían y los pueblos bonitos y las vidas significativas... y los niños de hoy tienen un umbral de nostalgia de... ¿dos semanas?... por otro lado, la historia de redención del nuevo chico engreído es efectiva, como en película de Steve McQueen. Y la traducción del mundo a conceptos automovilísticos es bastante simpática...

No es la mejor obra de Píxar, pero en su caso aunque fuera la peor está por encima de casi todo lo demás... no estoy seguro de que estén enfocando adecuadamente su mercado o sus guiones (o que la película necesite la media hora extra de duración), pero cualquier cosa con esa firma es digna de verse.

Sí, Píxar aún es sello de garantía.

Eso es.