Tuesday, April 25, 2006

Una historia por pasar el rato...

Hoy decidí que el día debía ser productivo... así que fuí entrevistado como asesor de tesis (?), empecé unos garabatos que prometí empezar el año pasado, fuí a realizar tres pendientes, de los que únicamente pude sacar uno, y seguí en el garabato... y mejor no hablemos del debate...

Así que por el puro gusto. Ya saben la mecánica: empiezo a escribir y a ver a dónde llega:


EL JUICIO DE LA MÁQUINA DE MOVIMIENTO PERPETUO:

Era un juicio como ningún otro, con la Justicia en su versión original en el sitio de honor, jugando cartas con el Amor. La ceguera de ambos hacía complejo el juego, pero de alguna manera tenían que pasar el tiempo mientras se llegaba a un veredicto.

La Máquina de Movimiento Perpetuo estaba inquieta en el banquillo de los acusados. Como es natural para todas las Máquinas de Movimiento Perpetuo, estaba moviéndose más y más rápido a cada instante. Violando de esta forma todas las leyes de la física. (y lo había dicho claramente: Su Señoría, no puedo evitarlo... por mi naturaleza, TENGO que violar leyes de la física). Tal comentario no le había hecho gracia a Sir Isaac Newton, que había llevado a sus tres hijas ultrajadas como prueba acusatoria. La Ley de la Inercia no había dejado de llorar mientras explicaba cómo la Máquina de Movimiento Perpetuo no dejaba de violarla.

Y la Máquina de Movimiento Perpetuo seguía en lo suyo...

Por fin apareció el jurado, compuesto por Paracelso, Galileo, Kepler, Robert Goddard, Stephen Hawking y algunas celebridades, además del Ornitorrinco. Como era natural, le dejaron la palabra al Ornitorrinco.

-Que el acusado se ponga de pie- dijo la Justicia, que realmente no tenía manera de saber si el acusado la había obedecido.

La Máquina de Movimiento Perpetuo se puso de pie... se escuchó el llanto de otra media docena de leyes de la física que violó en el proceso...

-¿Han llegado a un veredicto?- Preguntó la Justicia, mientras acariciaba distraídamente al Amor.

-Sí, su Señoría- contestó el Ornitorrinco, en ese tono nasal que sólo tienen los Ornitorrincos antes del solsticio.- Por el delito de violar las leyes de la física, encontramos al acusado, La Maquina de Movimiento Perpetuo, culpable.

La Máquina de Movimiento Perpetuo se aceleró aún más.

-Pero, dada su fertilidad perpetua- continuó el Ornitorrinco- todas las leyes de la física están embarazadas, y lo más probable es que vayan a dar a luz leyes de la física completamente distintas... de manera que remitimos la sentencia condenatoria, en tanto el acusado se encargue de encontrarles un universo adecuado para funcionar bajo las nuevas leyes que probablemente engendre.

La moción de destrucción autoimpuesta de la Máquina de Movimiento Perpetuo fue negada, y sustituída por una serie de demandas de paternidad.

Por lo pronto, la Justicia pensó que tal vez le gustaría más un universo sin Ley de Conservación de la Energía... el Amor se cansaba muy rápido.

El Ornitorrinco, habiendo salvado una vez más el día, se puso a jugar con su Piedra Filosofal. La austera.

Eso es.

1 Comments:

Blogger aurangelica said...

Qué historia tan locochona!!! Pero simpática! je, je, je.
Me gusta mucho como escribes!
Yo no tengo esa cualidad ;)
Pero tengo un ornitorrinco que me regalaste y siempre que lo veo me acuerdo de estas historias. =)

Suerte para hoy :*

7:30 AM  

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