Reverendo día...
Haciendo a un lado por un momento la urgencia de la entrega del lunes y las de la próxima semana, me dediqué por medio día a simplemente monear cosas que quiero llevar a San Diego y por el puro gusto de hacerlo, y vaya que me hacía falta...
En mi juventud, este era el primer día de vacaciones...
Me divierte la noticia del evangelio de Judas... ya me imagino mañana o pasado la revolución de todos los clérigos satanízándolo como al Código da Vinci... (aunque la noticia me parece francamente ridícula en todo aspecto... digo, como si tuvieran huellas digitales o caligrafía o adn o CUALQUIER cosa para comprobar la autenticidad... y aún cuando tuvieran eso, todo el texto puede ser totalmente inventado aunque sea original... así que no entiendo quién se aventó a dar la noticia y quién a seguirla, me suena demasiado infantil hasta en concepto).
Mmm... camarones en la cena no son buena idea...
Me pregunto qué pasaría con alguna noticia grande y trascendente... esa noticia de Judas sería algo grande y trascendente que removería la historia hasta sus cimientos (si tuviera sentido y pudiera probarse, claro)... pero si hubiera de pronto una situación como la de Contacto, o Armageddon... bueno, me pregunto qué pasaría. ¿Cambiaría el mundo para siempre, o pasaría de moda la próxima ocasión que Sabrina se aumentara el silicón? Recuerdo cuando estalló la Guerra del Golfo, allá en el 91 o 92 (muchos de ustedes no habían nacido, supongo), nos pidieron en la prepa que fuéramos todos vestidos de blanco (lo cuál no hicimos) para salir a medio día al patio y mandar un mensaje para que parara la guerra (absolutamente inútil... tal vez hubiera sido un poco menos si a alguien se le hubiera ocurrido llamar una televisora o algo... al menos hubiera salido de ahí). Había histeria en esos días... pero en honor a esa histeria se malgastaba mucha energía útil a lo estúpido. Como la monja que en tiempos del temblor no nos dejó salir del salón tambaleante hasta que estuviéramos sentados y callados... En fin, el caso es que las noticias grandes y trascendentes, en mi experiencia, rara vez cambian el mundo salvo para los muy cercanos, para la gran mayoría sólo quedan como otra anécdota. Pero podría equivocarme.
No me hagan caso, son los camarones...
Sean felices, es sábado.
Eso es.
En mi juventud, este era el primer día de vacaciones...
Me divierte la noticia del evangelio de Judas... ya me imagino mañana o pasado la revolución de todos los clérigos satanízándolo como al Código da Vinci... (aunque la noticia me parece francamente ridícula en todo aspecto... digo, como si tuvieran huellas digitales o caligrafía o adn o CUALQUIER cosa para comprobar la autenticidad... y aún cuando tuvieran eso, todo el texto puede ser totalmente inventado aunque sea original... así que no entiendo quién se aventó a dar la noticia y quién a seguirla, me suena demasiado infantil hasta en concepto).
Mmm... camarones en la cena no son buena idea...
Me pregunto qué pasaría con alguna noticia grande y trascendente... esa noticia de Judas sería algo grande y trascendente que removería la historia hasta sus cimientos (si tuviera sentido y pudiera probarse, claro)... pero si hubiera de pronto una situación como la de Contacto, o Armageddon... bueno, me pregunto qué pasaría. ¿Cambiaría el mundo para siempre, o pasaría de moda la próxima ocasión que Sabrina se aumentara el silicón? Recuerdo cuando estalló la Guerra del Golfo, allá en el 91 o 92 (muchos de ustedes no habían nacido, supongo), nos pidieron en la prepa que fuéramos todos vestidos de blanco (lo cuál no hicimos) para salir a medio día al patio y mandar un mensaje para que parara la guerra (absolutamente inútil... tal vez hubiera sido un poco menos si a alguien se le hubiera ocurrido llamar una televisora o algo... al menos hubiera salido de ahí). Había histeria en esos días... pero en honor a esa histeria se malgastaba mucha energía útil a lo estúpido. Como la monja que en tiempos del temblor no nos dejó salir del salón tambaleante hasta que estuviéramos sentados y callados... En fin, el caso es que las noticias grandes y trascendentes, en mi experiencia, rara vez cambian el mundo salvo para los muy cercanos, para la gran mayoría sólo quedan como otra anécdota. Pero podría equivocarme.
No me hagan caso, son los camarones...
Sean felices, es sábado.
Eso es.
posted by Axel at 10:03 PM
3 Comments:
Primero que nada,quiero presentarme:
Me llamo Aquiles y soy seguidor de Holy desde que salía en el periódico.
Después vino la comictlán de la Expo y ahí los conocí a Aurangélica y a tí,cuando me acerqué a pedir un dibujo,que terminaron siendo tres,pero todos de Laura,personaje que conocí en ese momento y que me cautivó.
También ahí supe del blog y a partir de entonces soy visitante asiduo(del de Aurangélica también),pero nunca había dejado ningún mensaje,por no molestar,hasta ahora.
Resulta que el sábado de la presentación del libro,iba para allá con toda ilusión y gusto de hacerme de una copia autografiada del mismo,cuando un $&#**& se pasó el alto y chocó con mi carro,con las complicaciones que algo así conlleva,así que me quedé con las ganas,pero algún día podré tenerlo.
En fin,la cosa es que también quería comentar que al conocer lo que son los blogs,gracias al tuyo,me hice de uno,en el que me tomé la libertad de poner links a los de uds. ojalá no les moleste y si pudieran darse una vuelta por ahí para ver si el blog cumple con los requisitos para poner sus sitios ahí,se los agradecería enormemente,aunque sé por lo que he leído,que están muy ocupados.
Perdón si me extendí.
Ánimo y buenos deseos les mando desde aquí...
Yuuujuuu.... estoy segura que harás muchas cosas maravillosas para San Diego :*
TE AMO
Já, sí.
Es estúpido, pero hay bastante gente que toma como hecho lo que lee y lo que ve de fuentes ajenas a sus sentidos, no se toma la molestia de divagar al respecto.
Incluso la noticia pudo ser inventada para ejercer morbo y para crear énfasis en la iglesia católica, logrando así una mayor credibilidad en sus seguidores.
Cada suceso altera otro, lleva a un desarrollo, encuentra otro apogeo y en el descenlace se levanta el círculo entre las anécdotas.
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