Partiendo hígado...

Chamacas y chamacos, esta semana recuperé esa sensación que no tenía hace más de cuatro años, esa de estar todo el día tenso y esperando palabras de la gerencia...

...es por eso que le saco la vuelta a la gerencia.

En fin, el negocio está francamente reactivado y lo retomamos con mayor vejez y experiencia, y mi cerebro sigue haciendo huelga la tarde del domingo. Lo que igual es parte de su funcionamiento normal.

Y mientras tanto el Grinch observaba:

-No que esté a favor de las posturas militarizadas, pero, ¿cómo se las arreglan los pubertos para sentarse en una silla con los omóplatos en el asiento y el cuello en ángulo recto contra el respaldo? todos mis conocimientos de anatomía me dicen que no hay razón lógica para que sobrevivan a la postura...

-Estoy tratando de llevar una estadística de cuánto tiempo tardan en pasar de moda las noticias escandalosas que cambian al mundo para siempre... creo que el promedio actual es de cinco días (la de los mineros se mantuvo un poco por las huelgas... la de las caricaturas desapareció demasiado de golpe para que fuera de forma natural... pero los iranís ahora ofrecen 12 mil dólares a la mejor caricatura pro Palestina y antijudíos).

-Todos los trabajos que están cayendo tienen algo que ver con el fútbol... y parece que esto va a empeorar antes de que mejore... Cuando estén en la torcida Hooligan a punto de aplastar a muerte a la porra contraria recuerden que sólo son pedazos de plástico con aire adentro, ¿ok?

-La moda vaquera realmente se está extendiendo. Claro que Clint Eastwood probablemente no estaría de acuerdo con las camisas vaqueras en rosa yogurth.

-Lo ven, siempre les dije que los adolescentes tenían impulsos asesinos...

Pórtense mal, cuídense bien, Nancynismo para todos... saludos a la Prieta nadadora, a la Polla en boda, a la Mimix, al Profe, al Yorch y compañía, a la Más Exótica de las Hijas, al Henru, al Jerry, al heróico Cuaas, a HK, Universo, Allen, Ale, y toda la maravillosa gente al otro lado del Alzheimer.

Y a la mejor novia del mundo mundial.

Próxima semana, la verdadera historia del hámster y cómo superó su paso por Richard Gere.

RECOMENDACIONES:

-LA MARCHA DE LOS PINGÜINOS:
(Que en original está en francés, así que tendré que creer que dice algo similar)

Odio las películas de animales.

Más específicamente, odio las películas en las que la esencia del argumento es el niño cuya vida está destrozada y su familia es disfuncional, hasta que encuentra una mascota que mágicamente le resuelve todo para el final de la película... así que la manera más efectiva de lograr que cuente mis secretos es atarme a la silla de tortura y poner en el dvd a Lassie, Flipper, Willy o el bicho de turno (Bueno, para ser justos en ciertos días del siglo puedo soportar la primera de Beethoven).

En fin, debió ser mi carencia de animales grandes en la infancia... pero odio que pongan un conjunto de bestias irracionales en la pantalla, y que encima de eso pongan animales a actuar con ellas.

Pero esta de los pingüinos no es mala.

De hecho, suponiendo que la mecánica de la vida pingüina que nos muestra sea auténtica (realmente no tengo humor de hacer el viaje para comprobar el dato), el hecho de que los pingüinos EXISTAN es poco menos que milagroso...

El Óscar está más que ganado simplemente por la odisea que debió ser grabar esas tomas... y de alguna manera se las arreglaron para armar una historia profunda y envolvente, y que se siente muy cercana a casa. Y la música es excelente.

Y claro, con tanto sexo, violencia, aborto, secuestro infantil y disfunción familiar, si esto mismo estuviera contado con humanos la clasifición pasaría de E...

La premisa puede sonar bastante insulsa, pero el resultado en pantalla es extraordinario. Algo en lo que difícilmente habríamos pensado antes, y algo que se va a quedar con nosotros por un buen rato. Como todos los viajes, que tienen un principio y un fin, y un montón de cosas que pueden salir mal entre ambos extremos.

Y de vez en cuando, el viaje es digno de realizarse, y todo lo que podría estar mal funciona, y la jornada vale la pena.

Y al final de un viaje como este, incluso un pingüino puede ser una maravilla.

Eso es.