Con muchas cosas por venir...
Chamacas y chamacos, aquí estamos, un año más ancianos, justo en el aniversario de aquél vagamente recordado enlace civil (que si no me equivoco tenía el tema de Amor sin Barreras de fondo en KCT), y a una semana del aniversario del enlace religioso... ¿quién hubiera dicho que llegaríamos hasta aquí?
Y esta semana, está la entrevista de la visa, la temida y largamente postergada entrevista con el dentista, como dieciocho páginas por lapicear... cuentas que pagar... caramba, que detengan el mundo...
En fin.
Creo que necesito empezar con yoga o con comida orgánica (el cuál me sigue pareciendo un término estúpido, aún quisiera ver algún lugar que sirva comida inorgánica). Eso, o empezar a cocinar con el artilugio que anuncia Mr. T. O meditar más seguido. Bueno, eso ya lo hago en mis ratos esquizofrénicos.
Creo que realmente hay MÁS comerciales políticos ahora que ya no hay cortes programados... y ya he preferido dejar de especular hasta dónde va a llegar el dólar.
Pero bueno... peor hemos estado. La del ochenta y tantos, ésa sí fue ingrata... recuerdo que la progenitora hizo en aquél entonces el comentario casual en la toma de posesión de Miguel De la Madrid, que seguramente a la salida alguien iba a matar a López Portillo... y en ése momento tuve una imagen mental muy clara de que en nuestro sistema de gobierno había que eliminar a los presidentes salientes, como parte del protocolo. En aquél entonces me sonó bastante creíble.
Tampoco estamos como en el '94... entonces en menos de una semana el dólar se fue mucho más allá del doble... así que hay que suponer que esto va a mejorar.
O hacerse a la idea.
Pórtense mal, cuídense bien, Nancynismo para todos... saludos a la Prieta volada, a la Polla en conserva, a la Chaparrita enchinada, al buen Buttkick, con quien no estamos sentidos porque haya olvidado nuestro onomástico, al Profe, a la Más Exótica de mis Hijas en su respectivo aniversario, al heróico Cuaas o lo que quede de él, a Paty, a Ale, a la Caramela y el Darling, y a toda la maravillosa gente al otro lado del Alzheimer.
Y a la mejor esposa del mundo mundial, desde hace un año... vaya.
Próxima semana, por qué las fanerógamas tienen pistilos peciolados.
RECOMENDACIONES:
-WATCHMEN:
(También traducido en Señal 90 como los Hombres Reloj)
(No, nada más a ver si siguen conmigo).
Mmm...
Quise darle al menos 24 horas de digestión a esta criatura antes de intentar escribir algo coherente... demasiada información, demasiados mensajes cruzados, incluso demasiada polémica familiar qué procesar... y en este momento no estoy seguro de estar más capacitado que hace 24 horas... tal vez necesito todo un mes de marinado o más, pero en ese caso la crítica ya no vendría al caso... así que va:
La versión del Reader's Digest para los que no hayan pasado por el blog esta semana:
Watchmen, escrita por Alan Moore y dibujada por Dave Gibbons, y publicada entre 1986 y 1987, es un cómic de 12 números, que trata de un enfoque realista a los súperhéroes y su impacto en el mundo. Muchas veces se le ha considerado la cúspide de esta forma narrativa, adelantada a su tiempo en casi todos los aspectos. Atrajo la atención de los medios, y de un público más adulto, y obtuvo incontables galardones y reconocimientos. (Sin ir más allá, el Premio Hugo, el galardón más importante de la Ciencia Ficción, en 1988, la única vez que se le ha dado a un cómic). Se ha reimprimido sin cesar cada año desde su publicación, tiene millones de ejemplares en circulación, y prácticamente todos los creadores actuales de cómics, cine y medios similares lo citan como una de sus influencias en un momento u otro. Durante mucho tiempo se le consideró imposible de llevar a la pantalla, y por siempre fue el Grial de las adaptaciones de cómic.
Esta semana, lo imposible ha ocurrido, y el Grial está a la vista de todos.
Y el resultado es... vaya, inesperado.
Quisiera que hubiera alguna opción en la memoria para poder borrar las dieciocho veces que he releído la obra en cuestión, entrar a ver la película sin el conocimiento previo, y entonces decidir si la narrativa funciona para un civil cualquiera... así como está ahora, estuve reconociendo cada viñeta y diciendo cada diálogo casi de memoria. Y estoy suponiendo que eso tuvo mucho que ver con que entendiera y estuviera razonablemente conforme con la película.
(Y el público se pregunta si todo este rollo va a algún lado).
OK, la buena noticia para los aficionados: la adaptación es increíblemente fiel a la obra original, hasta en los mínimos detalles. Cada disfraz, escenario, personaje secundario, recorte de periódico y truco narrativo reproduce o adapta a la perfección su equivalente impreso. No se puede pedir más fidelidad.
Y la mala noticia para los no aficionados: la adaptación es increíblemente fiel a la obra original, hasta en los mínimos detalles. Cada disfraz, escenario, personaje secundario, recorte de periódico y truco narrativo reproduce o adapta a la perfección su equivalente impreso. Hubiera sido bueno tener menos fidelidad.
Yo sería el último en reconocer la proeza que fue llevar esto a la pantalla... la fotografía, diseño y técnica son espectaculares... el ritmo es endemoniado, y Zach Snyder se las arregla para llevar una narrativa coherente, aún con la tremenda densidad de información que tenía que manejar (hay que tomar en cuenta que el cómic es de 380 y tantas páginas, condensadas en poco más de 2 horas 40, y que tiene un estilo narrativo tan especial, que muchas veces en una misma viñeta había que procesar tres o cuatro niveles de información que sólo eran claros hasta la cuarta o quinta lectura). La recreación y caracterización de los personajes es impecable, incluso sublime por parte de Comedian y Rorscharch. Las omisiones y cambios mínimos son comprensibles, y es notable que esta fue una absoluta labor de amor y respeto al material.
Pero con todo el respeto que le tenían... bueno, tal vez fueron demasiado literales. Afortunadamente exigen que la audiencia lleve su cerebro a la sala y procese con cuidado todo lo que ve. Desafortunadamente de pronto le exigen que procese un fabuloso diálogo poético al mismo tiempo que una escena sutil. Y en eso es fácil perderse a la primera.
¿Y la historia?
Bueno, hay sólo un cambio fundamental respecto a la novela gráfica, la naturaleza de la amenaza y algunos detalles del final. Pero nada que cambie la esencia. Así que para bien o para mal, todo lo que funciona o no estaba en la historia original:
Un grupo de héroes de segunda generación vuelven a unirse después de una década en el retiro, para investigar el asesinato de uno de ellos. Mientras se enfrentan a una conspiración, el mundo está al borde de la guerra nuclear. Estamos en un mundo en el que gracias a los superhéroes, Estados Unidos ganó la guerra de Vietnam, Nixon es el presidente por tercer período, y el bloque comunista sólo es frenado por el temor mortal que tienen de uno de los súperhumanos americanos. Todo esto mientras se conoce la historia de cada héroe, y de cómo el mundo llegó a ese punto crítico.
El problema, tal vez, es que en una novela es perfectamente aceptable tener un elenco completamente amoral y antiheróico, pero en el cine, uno va esperando alguna retribución. La idea básica de Alan Moore era que no porque alguien se ponga un disfraz y salga a combatir el crimen, esencialmente es una mejor persona que el resto. Que una personalidad tan extrema tendría motivaciones y problemas igualmente extremos, y que un gran poder en manos tan distanciadas de la humanidad, sólo podía traer consecuencias funestas. Todos los personajes tienen defectos, pero con una excepción o dos, ninguno es digno de llamarse héroe. En la novela, llena de elementos grandiosos, éso es casi incidental, pero en la pantalla, por la misma naturaleza del material, el momento de triunfo y de alzar los brazos, está destinado a no llegar nunca. Y más de uno se va a decepcionar por ello.
Citando de nuevo a Moore: el problema es que en las historias, siempre hay un final. Y en la vida real, sin importar lo alto que llegues, siempre hay un día siguiente. Y otro. Y otro. Y la vida es pésima para lograr buenos finales.
Me gustaría decir que esta es la adaptación de cómic que el mundo estaba esperando, que se va a convertir en nuestro Ciudadano Kane o nuestro Padrino. Bueno, eso no va a ser. Aunque estoy seguro de que no va a ser otro Decepsodio I. Hay enorme potencial en la película. Sin ir más lejos, los créditos iniciales, que cuentan el ascenso y caída de la primera generación de héroes al ritmo de Bob Dylan, son una obra de arte y como cortometraje están a la altura de cualquiera que haya premiado la Academia. Objetivamente, el resultado es maravilloso a la vista y da mucho en qué pensar. Subjetivamente, se siente fría e irónica. Y eso está bien cuando uno traduce las imágenes y crea su propio ritmo mental, haciéndose cómplice a través de 400 páginas. No creo que esencialmente la historia sea infilmable, pero prescindir de todas sus maravillosas explicaciones y giros narrativos que sólo funcionan en papel la deja a medio cocer.
Hay suficientes momentos impactantes para justificar el boleto. Caramba, hay suficiente para justificar tres películas. Los personajes, tal como dice la publicidad, no se parecen a nada que hayan visto antes. Las ideas que se manejan son enormes y la ambición es como para hacer una reverencia. Creo que esto va a crecer con los años y va a volverse un objeto de culto. Por ahora, es un intento espectacular que por momentos roza la gloria.
Alan Moore eligió no tener su nombre en los créditos, porque su visión original está impresa y en un sólo volumen, al alcance de todos. Esa sí puedo recomendarla sin reservas.
Eso es.
Y esta semana, está la entrevista de la visa, la temida y largamente postergada entrevista con el dentista, como dieciocho páginas por lapicear... cuentas que pagar... caramba, que detengan el mundo...
En fin.
Creo que necesito empezar con yoga o con comida orgánica (el cuál me sigue pareciendo un término estúpido, aún quisiera ver algún lugar que sirva comida inorgánica). Eso, o empezar a cocinar con el artilugio que anuncia Mr. T. O meditar más seguido. Bueno, eso ya lo hago en mis ratos esquizofrénicos.
Creo que realmente hay MÁS comerciales políticos ahora que ya no hay cortes programados... y ya he preferido dejar de especular hasta dónde va a llegar el dólar.
Pero bueno... peor hemos estado. La del ochenta y tantos, ésa sí fue ingrata... recuerdo que la progenitora hizo en aquél entonces el comentario casual en la toma de posesión de Miguel De la Madrid, que seguramente a la salida alguien iba a matar a López Portillo... y en ése momento tuve una imagen mental muy clara de que en nuestro sistema de gobierno había que eliminar a los presidentes salientes, como parte del protocolo. En aquél entonces me sonó bastante creíble.
Tampoco estamos como en el '94... entonces en menos de una semana el dólar se fue mucho más allá del doble... así que hay que suponer que esto va a mejorar.
O hacerse a la idea.
Pórtense mal, cuídense bien, Nancynismo para todos... saludos a la Prieta volada, a la Polla en conserva, a la Chaparrita enchinada, al buen Buttkick, con quien no estamos sentidos porque haya olvidado nuestro onomástico, al Profe, a la Más Exótica de mis Hijas en su respectivo aniversario, al heróico Cuaas o lo que quede de él, a Paty, a Ale, a la Caramela y el Darling, y a toda la maravillosa gente al otro lado del Alzheimer.
Y a la mejor esposa del mundo mundial, desde hace un año... vaya.
Próxima semana, por qué las fanerógamas tienen pistilos peciolados.
RECOMENDACIONES:
-WATCHMEN:
(También traducido en Señal 90 como los Hombres Reloj)
(No, nada más a ver si siguen conmigo).
Mmm...
Quise darle al menos 24 horas de digestión a esta criatura antes de intentar escribir algo coherente... demasiada información, demasiados mensajes cruzados, incluso demasiada polémica familiar qué procesar... y en este momento no estoy seguro de estar más capacitado que hace 24 horas... tal vez necesito todo un mes de marinado o más, pero en ese caso la crítica ya no vendría al caso... así que va:
La versión del Reader's Digest para los que no hayan pasado por el blog esta semana:
Watchmen, escrita por Alan Moore y dibujada por Dave Gibbons, y publicada entre 1986 y 1987, es un cómic de 12 números, que trata de un enfoque realista a los súperhéroes y su impacto en el mundo. Muchas veces se le ha considerado la cúspide de esta forma narrativa, adelantada a su tiempo en casi todos los aspectos. Atrajo la atención de los medios, y de un público más adulto, y obtuvo incontables galardones y reconocimientos. (Sin ir más allá, el Premio Hugo, el galardón más importante de la Ciencia Ficción, en 1988, la única vez que se le ha dado a un cómic). Se ha reimprimido sin cesar cada año desde su publicación, tiene millones de ejemplares en circulación, y prácticamente todos los creadores actuales de cómics, cine y medios similares lo citan como una de sus influencias en un momento u otro. Durante mucho tiempo se le consideró imposible de llevar a la pantalla, y por siempre fue el Grial de las adaptaciones de cómic.
Esta semana, lo imposible ha ocurrido, y el Grial está a la vista de todos.
Y el resultado es... vaya, inesperado.
Quisiera que hubiera alguna opción en la memoria para poder borrar las dieciocho veces que he releído la obra en cuestión, entrar a ver la película sin el conocimiento previo, y entonces decidir si la narrativa funciona para un civil cualquiera... así como está ahora, estuve reconociendo cada viñeta y diciendo cada diálogo casi de memoria. Y estoy suponiendo que eso tuvo mucho que ver con que entendiera y estuviera razonablemente conforme con la película.
(Y el público se pregunta si todo este rollo va a algún lado).
OK, la buena noticia para los aficionados: la adaptación es increíblemente fiel a la obra original, hasta en los mínimos detalles. Cada disfraz, escenario, personaje secundario, recorte de periódico y truco narrativo reproduce o adapta a la perfección su equivalente impreso. No se puede pedir más fidelidad.
Y la mala noticia para los no aficionados: la adaptación es increíblemente fiel a la obra original, hasta en los mínimos detalles. Cada disfraz, escenario, personaje secundario, recorte de periódico y truco narrativo reproduce o adapta a la perfección su equivalente impreso. Hubiera sido bueno tener menos fidelidad.
Yo sería el último en reconocer la proeza que fue llevar esto a la pantalla... la fotografía, diseño y técnica son espectaculares... el ritmo es endemoniado, y Zach Snyder se las arregla para llevar una narrativa coherente, aún con la tremenda densidad de información que tenía que manejar (hay que tomar en cuenta que el cómic es de 380 y tantas páginas, condensadas en poco más de 2 horas 40, y que tiene un estilo narrativo tan especial, que muchas veces en una misma viñeta había que procesar tres o cuatro niveles de información que sólo eran claros hasta la cuarta o quinta lectura). La recreación y caracterización de los personajes es impecable, incluso sublime por parte de Comedian y Rorscharch. Las omisiones y cambios mínimos son comprensibles, y es notable que esta fue una absoluta labor de amor y respeto al material.
Pero con todo el respeto que le tenían... bueno, tal vez fueron demasiado literales. Afortunadamente exigen que la audiencia lleve su cerebro a la sala y procese con cuidado todo lo que ve. Desafortunadamente de pronto le exigen que procese un fabuloso diálogo poético al mismo tiempo que una escena sutil. Y en eso es fácil perderse a la primera.
¿Y la historia?
Bueno, hay sólo un cambio fundamental respecto a la novela gráfica, la naturaleza de la amenaza y algunos detalles del final. Pero nada que cambie la esencia. Así que para bien o para mal, todo lo que funciona o no estaba en la historia original:
Un grupo de héroes de segunda generación vuelven a unirse después de una década en el retiro, para investigar el asesinato de uno de ellos. Mientras se enfrentan a una conspiración, el mundo está al borde de la guerra nuclear. Estamos en un mundo en el que gracias a los superhéroes, Estados Unidos ganó la guerra de Vietnam, Nixon es el presidente por tercer período, y el bloque comunista sólo es frenado por el temor mortal que tienen de uno de los súperhumanos americanos. Todo esto mientras se conoce la historia de cada héroe, y de cómo el mundo llegó a ese punto crítico.
El problema, tal vez, es que en una novela es perfectamente aceptable tener un elenco completamente amoral y antiheróico, pero en el cine, uno va esperando alguna retribución. La idea básica de Alan Moore era que no porque alguien se ponga un disfraz y salga a combatir el crimen, esencialmente es una mejor persona que el resto. Que una personalidad tan extrema tendría motivaciones y problemas igualmente extremos, y que un gran poder en manos tan distanciadas de la humanidad, sólo podía traer consecuencias funestas. Todos los personajes tienen defectos, pero con una excepción o dos, ninguno es digno de llamarse héroe. En la novela, llena de elementos grandiosos, éso es casi incidental, pero en la pantalla, por la misma naturaleza del material, el momento de triunfo y de alzar los brazos, está destinado a no llegar nunca. Y más de uno se va a decepcionar por ello.
Citando de nuevo a Moore: el problema es que en las historias, siempre hay un final. Y en la vida real, sin importar lo alto que llegues, siempre hay un día siguiente. Y otro. Y otro. Y la vida es pésima para lograr buenos finales.
Me gustaría decir que esta es la adaptación de cómic que el mundo estaba esperando, que se va a convertir en nuestro Ciudadano Kane o nuestro Padrino. Bueno, eso no va a ser. Aunque estoy seguro de que no va a ser otro Decepsodio I. Hay enorme potencial en la película. Sin ir más lejos, los créditos iniciales, que cuentan el ascenso y caída de la primera generación de héroes al ritmo de Bob Dylan, son una obra de arte y como cortometraje están a la altura de cualquiera que haya premiado la Academia. Objetivamente, el resultado es maravilloso a la vista y da mucho en qué pensar. Subjetivamente, se siente fría e irónica. Y eso está bien cuando uno traduce las imágenes y crea su propio ritmo mental, haciéndose cómplice a través de 400 páginas. No creo que esencialmente la historia sea infilmable, pero prescindir de todas sus maravillosas explicaciones y giros narrativos que sólo funcionan en papel la deja a medio cocer.
Hay suficientes momentos impactantes para justificar el boleto. Caramba, hay suficiente para justificar tres películas. Los personajes, tal como dice la publicidad, no se parecen a nada que hayan visto antes. Las ideas que se manejan son enormes y la ambición es como para hacer una reverencia. Creo que esto va a crecer con los años y va a volverse un objeto de culto. Por ahora, es un intento espectacular que por momentos roza la gloria.
Alan Moore eligió no tener su nombre en los créditos, porque su visión original está impresa y en un sólo volumen, al alcance de todos. Esa sí puedo recomendarla sin reservas.
Eso es.
1 Comments:
Felicidades atrasadas por el cumple, y adelantadas por el primer aniversario (¿verdad que no es tan terrible?).
Con lo de la crisis, pues bueno... yo todavía tengo memorias de la de los ochenta, y mi recuerdo más vívido es el de los estantes de las tiendas, vacíos, y las tortillas quemadas molidas con bicarbonato que preparaba mi abuelita para lavarnos los dientes (y mi cepillo dental, completamente negro como ominosa presencia), y el jabón Zote, que me irritaba la piel y me dejaba tieso el pelo, pero igual teníamos que usar porque no había de otra... Sí, en serio que comparado con ello hasta el 94 fue una tontería. Pero me aterra volver a ello.
Acabo de ver Watchmen y también me falta digerirla. Tal vez escriba una reseña, tal vez no... con todo el trabajo que me cargo ahorita... Pero bueno, nunca he sido muy fan de Alan Moore que digamos pero me picó la curiosidad. Así que quiero la novela gráfica. Define "al alcance de todos", por favor. Dices que está más barata en inglés...
Bueno, saludos y suerte.
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