Día bastante cósmico...
El regreso del Atlantis a Tierra (que después del Challenger y el Columbia, ya cuenta como proeza cada vez que vuelve).
Un satélite espía destruído con un misil.
Un meteoro estrellándose en Washington.
Y sobre todo, el eclipse de Luna que nos recetamos por tres horas.
Es suficiente para sacar a pasear el empolvado sentido de la maravilla, ¿no?
(Sirve un poco para quitar el sabor del pago de impuestos, por cierto).
Los eclipses siempre me sorprenden. No puedo aplicar las leyes de Newton y Kepler tanto como quisiera, así que me resultan primordialmente impredecibles, pero eso sí, todo un espectáculo. Recuerdo que tuvimos uno de Sol de once minutos hace como quince años, ¿no? Noche en pleno día como pintura de Magritte.
Una de mis historias favoritas es Anochecer, de Isaac Asimov (la original de 1941, a la novelización que hizo décadas después le sobraba toda la sección del "después"). Lagash es un planeta que orbita un sistema múltiple de soles, seis en total, de manera que siempre está recibiendo la luz de por lo menos uno de ellos. Pero una vez cada dos mil años, el planeta entra a una zona donde otro planeta del sistema (invisible casi todo el tiempo debido a toda esa luz) eclipsa al único sol disponible en ese momento, y produce la única noche en esos dos mil años. ¿Qué pasa en esa noche con una civilización que jamás ha conocido la oscuridad, y mucho menos las estrellas?
Hermosas y locas ideas...
Sí, el eclipse también es un punto fundamental en la historia de Mark Twain del Yanqui de Connecticut en la corte del Rey Arturo... ya han visto la escena varias veces: el yanqui traía consigo un almanaque en el que encuentra que justo en el momento en que lo van a sentenciar a la hoguera, hay un eclipse por ocurrir, y finge tener poderes mágicos para oscurecer el Sol. De hecho Colón hizo lo mismo en uno de sus viajes. En fin.
Seguimos trabajando... 5 páginas de Piper 3 en la congeladora...
Eso es.
Un satélite espía destruído con un misil.
Un meteoro estrellándose en Washington.
Y sobre todo, el eclipse de Luna que nos recetamos por tres horas.
Es suficiente para sacar a pasear el empolvado sentido de la maravilla, ¿no?
(Sirve un poco para quitar el sabor del pago de impuestos, por cierto).
Los eclipses siempre me sorprenden. No puedo aplicar las leyes de Newton y Kepler tanto como quisiera, así que me resultan primordialmente impredecibles, pero eso sí, todo un espectáculo. Recuerdo que tuvimos uno de Sol de once minutos hace como quince años, ¿no? Noche en pleno día como pintura de Magritte.
Una de mis historias favoritas es Anochecer, de Isaac Asimov (la original de 1941, a la novelización que hizo décadas después le sobraba toda la sección del "después"). Lagash es un planeta que orbita un sistema múltiple de soles, seis en total, de manera que siempre está recibiendo la luz de por lo menos uno de ellos. Pero una vez cada dos mil años, el planeta entra a una zona donde otro planeta del sistema (invisible casi todo el tiempo debido a toda esa luz) eclipsa al único sol disponible en ese momento, y produce la única noche en esos dos mil años. ¿Qué pasa en esa noche con una civilización que jamás ha conocido la oscuridad, y mucho menos las estrellas?
Hermosas y locas ideas...
Sí, el eclipse también es un punto fundamental en la historia de Mark Twain del Yanqui de Connecticut en la corte del Rey Arturo... ya han visto la escena varias veces: el yanqui traía consigo un almanaque en el que encuentra que justo en el momento en que lo van a sentenciar a la hoguera, hay un eclipse por ocurrir, y finge tener poderes mágicos para oscurecer el Sol. De hecho Colón hizo lo mismo en uno de sus viajes. En fin.
Seguimos trabajando... 5 páginas de Piper 3 en la congeladora...
Eso es.
1 Comments:
Oh si... los eclipses son maravillosos! Anoche salí al jardín a ver la luna y mis vecinos hasta sacaron sillas y todo. Y mis otros vecinos del otro lado, hasta se tomaron las manos y decían estar recibiendo la energía! Jijijiji
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