Vaya semana...
...chamacas y chamacos, pocas cosas nos repelen tanto como los hospitales (a menos que sean en capítulo de E.R.)...
...afortunadamente, la suegra salió bien de la repentina situación médica, estos días fueron tensos para toda la familia (y el agregado a sus órdenes). En ocasiones, también hay buenas noticias.
(Curiosamente, todo ocurrió en el mismo hospital en el que un servidor fue cesáreamente extraído hace... bastantes años... y aún está plagado de monjas que ponen cable en las habitaciones con todos los canales bloqueados menos dos de comerciales, uno católico y tres para llorar... empiezo a entender el origen de mi fobia hacia las trivóticas descalzas... mmm, acabo de inventar esa palabra y me gusta).
Pero bueno.
Ya tenemos Otro Proyecto que nos Va a Sacar de Pobres en cuanto esté terminado... matemáticamente, creo que tengo que terminar unas 300 páginas este año... pero eso ya paga la universidad de los nietos.
Ajá.
Y de pronto hace calor, y ni siquiera es primavera, y creo que este sí es el año en que se modifican las líneas costeras.
En algún lugar de la biblioteca tenemos uno de esos libros aparentemente maussanescos pero totalmente divertidos (al menos yo lo devoré en mi tierna infancia) con un montón de casos inexplicables de ovnis, brujería, criaturas, poderes psíquicos y todas esas mafufadas no aceptadas por la ciencia, con la garantía Reader's Digest... en fin, una de mis partes favoritas es una fotografía de un pergamino carcomido por el mar y encontrado en el mar Mediterráneo como parte de un naufragio micénico (o sea, de hace unos 3 mil años), en el que supuestamente había dibujos de engranajes que formaban una calculadora.
Pues bien, hoy leo el periódico, y me entero de que EFECTIVAMENTE, después de más de treinta años de investigar el pergamino con las últimas tecnologías, salieron a la luz todas las sutilezas del mecanismo, el cuál fue construído, y sorpresa, es una calculadora astronómica, perdida durante miles de años.
Ahora imagínense todas las otras cosas que se perdieron entre invasiones romanas e incendios de Alejandría... para darse de topes.
Esos temas me llegan.
El episodio de la semana de Malcom:
La criatura en cuestión ya está bastante acostumbrada a encontrar la ración del día en su plato (bueno, una tapa desechable de tupperware que ya ha aguantado bastante)... también tiene la mala costumbre de esperarla al final de la pesadillesca escalera de pared para subir a la azotea (lo que lo pone a uno a una incómoda distancia de un kit completo de garras y pico de quebrantahuesos en perfecto estado)...
...de manera que un servidor utiliza la técnica de llegar a distancia prudente de la azotea, arrojarle al inquilino un trozo del manjar del día, y mientras el plumífero va ávido a engullirlo, tenemos tiempo para cambiarle el agua en su molde y llenar el plato.
Pues bien, hoy estamos en esa precaria situación, esperando a que vaya a engullir su aperitivo, cuando el engendro regresa a pararse junto al plato y a medio metro de un servidor...
Y el pajarraco, con aperitivo en el pico, me mira fijamente, y a continuación mira al plato vacío. Y nuevamente hacia mí, y de vuelta al plato vacío, y así hasta que aparentemente estuvo seguro de que había captado el mensaje y se alejó unos pasos...
Y bien, o estoy alucinando, o me estaba exigiendo que llenara el plato.
Lo cuál hice, y a continuación procedió a darme la espalda e ignorarme por completo mientras se dedicaba a su labor alimentaria.
Lo que demuestra quién está entrenando a quién.
En fin.
Pórtense mal, cuídense bien, Nancynismo para todos... saludos a la Polla explotada, a la Prieta solicitada, a la Caramela y el Darling, al buen Buttkick, al heróico Cuaas, al Polo, a la contadora favorita, Rabbitto y a toda la maravillosa gente al otro lado del Alzheimer.
Y a la mejor novia del mundo mundial.
Próxima semana, veinte maneras de dominar al mundo antes de desayunar.
Eso es.
1 Comments:
Interesante lo de Malcom... aunque en verdad me pregunto de donde sacas el valor para arrimarte a él, mis respetos ante ello...
Esperare la próxima semana las veinte maneras para conquistar el mundo, solo espero que alguien no desayune antes que yo...
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