Entre dos guerras...
...bueno, ya hubo palabra del cliente. Para acelerarnos una hora y desaparecer de nuevo. En fin.
Acabamos de descubrir otro de los súperpoderes de Malcom... a saber, la parte anaranjada de su faz se vuelve amarilla cuando se espanta, o enoja, o similar. Por lo que es mejor sacarle la vuelta en esos momentos.
Otro detalle singular: a los caracaras (o al menos a este en particular) les cuesta bastante el despegue vertical... para remontar prefieren arrojarse hacia adelante y en caida libre desde mayor altura y después subir... elevarse con puro aleteo aparentemente los desgasta bastante.
De todo hay, con estas criaturas grandes y pequeñas...
Mmm... ¿qué se supone que debo pensar cuando los nuevos vecinos hacen ruido hasta altas horas de la noche, andan siempre de traje con zapatos sucios y celular con los Tigres del Norte, y se estacionan en sentido contrario en vehículos con placa frontal de Jalisco y trasera de Sinaloa?
Hoy todo se resumió en ardua labor... y ya es día de impuestos.
En uno de mis ratos de la maestría cinematográfica autoasignada me dí a la tarea de examinar la versión original de La Guerra de los Mundos, de 1953... y hace que la versión de Spielberg sea menos impresionante. Vaya, obviamente los efectos y tecnología aplicada del papá de ET son impecables, pero la de hace cincuenta años tiene un nivel de tensión nada despreciable... y un montón de escenas que Spielberg calcó descaradamente, como la de la sonda en forma de tentáculo (que no recuerdo si estaba en el relato original), y la de la mano del extraterrestre agonizante al final... claro que sufre de toda la paranoia de la Guerra Fría y bastantes cosas se ven pasadas de moda, pero se nota que se hizo con todos los valores de producción posibles... y los extraterrestres son más maníacos...
Seguimos trabajando.
Eso es.
Acabamos de descubrir otro de los súperpoderes de Malcom... a saber, la parte anaranjada de su faz se vuelve amarilla cuando se espanta, o enoja, o similar. Por lo que es mejor sacarle la vuelta en esos momentos.
Otro detalle singular: a los caracaras (o al menos a este en particular) les cuesta bastante el despegue vertical... para remontar prefieren arrojarse hacia adelante y en caida libre desde mayor altura y después subir... elevarse con puro aleteo aparentemente los desgasta bastante.
De todo hay, con estas criaturas grandes y pequeñas...
Mmm... ¿qué se supone que debo pensar cuando los nuevos vecinos hacen ruido hasta altas horas de la noche, andan siempre de traje con zapatos sucios y celular con los Tigres del Norte, y se estacionan en sentido contrario en vehículos con placa frontal de Jalisco y trasera de Sinaloa?
Hoy todo se resumió en ardua labor... y ya es día de impuestos.
En uno de mis ratos de la maestría cinematográfica autoasignada me dí a la tarea de examinar la versión original de La Guerra de los Mundos, de 1953... y hace que la versión de Spielberg sea menos impresionante. Vaya, obviamente los efectos y tecnología aplicada del papá de ET son impecables, pero la de hace cincuenta años tiene un nivel de tensión nada despreciable... y un montón de escenas que Spielberg calcó descaradamente, como la de la sonda en forma de tentáculo (que no recuerdo si estaba en el relato original), y la de la mano del extraterrestre agonizante al final... claro que sufre de toda la paranoia de la Guerra Fría y bastantes cosas se ven pasadas de moda, pero se nota que se hizo con todos los valores de producción posibles... y los extraterrestres son más maníacos...
Seguimos trabajando.
Eso es.
1 Comments:
Vaya que ese Malcom es todo un estuche de monerías y sorpresas.... quien lo iba a imaginar... por eso no se decide a bajar, porque luego ya no podrá subir. En fin... cuidado al alimentarlo...ok? ;)
Saluditos! :*
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