Un pequeño paso para un monero...

....pero por fin, después de bastantes vueltas al asunto y en un día como cualquier otro, por fin dimos el anticipo y encargamos a Anastasia Pentium. Que en el papel parece una buena chica y debería estar lista para la batalla en un día o dos. Total, si es la única criatura con la que laboramos en todo el día, igual podemos hacerlo con estilo... y necesitaba un equipo que hiciera juego con mi Wacom.

O como dice mi contadora favorita, de que lo gastemos a que se lo agencie Lolita...

Me siento culpable y siento que Petra me mira dolida después de cuatro años de fieles servicios... caramba, no pensé que la separación fuera tan difícil y sé que no voy a poder deshacerme de ella aunque sólo tenga 20 gigas y sea Pentium 3...

En fin...

Esa es la segunda página de Robocristo (el esquema de colores va a ser importante más adelante)... aquí estamos miles de años atrás, cuando el planeta de los robots estaba en su apogeo, con las ciudades de cristal y plástico intactas y millones de ciudadanos robots felices. Hasta el día en que apareció un cometa en el firmamento que lo bañó todo de una extraña luz que afectó a los robots... empezaron a destruírse a sí mismos. (El cometa era el hilo conductor de esta serie de historias, de las cuáles esta fue la séptima... viajaba por todo el universo y por el lugar que pasaba, algo raro ocurría... se supone que debe verse como un rostro gritando, ya que es un fragmento de Metal que Grita, que es lo que significa el nombre en francés de la revista, Metal Hurlant).

Odio hacer fondos, y ese fondo fué particularmente odioso, debió tomarme dos días y mucho más hasta que el color quedó aceptable para el editor... la parte de los robots iluminados también se llevó bastante rato. Y lo más simpático es que esto no me sirve para ninguna muestra de portafolio, ya que no se parece a nada. Sigue.

Eso es.