Un simpático detalle ocioso...

Así que hoy a mediodía contesto el teléfono, y escucho una grabación (y no como la del otro día que el teléfono sonó a las dos de la mañana y escuché una voz de recepcionista de burócrata que decía de dónde a dónde había pasado el dedo de su pareja)... y la grabación dice, más o menos:

-¡El vehículo que te ha llevado a lo largo de los años a los mejores lugares, espectáculos y restaurantes se renueva y está mejor que nunca! ¡Busca tu suplemento Ocio todos los viernes!

Palabras más, palabras menos... ¿saben cuál es el problema con mi mente fractal? Que me encanta seguir las ideas hasta llevarlas a alguna conclusión... así que examinando los hechos: cintillos en TV abierta, anuncios en radio, y campaña de llamadas telefónicas (¿a alguien más le tocó? ¿O lo hicieron sólo conmigo por confundirme?), nada de los cuáles habían necesitado hace cosa de un mes... bueno, o algo cambió hace un mes que afectó el suplemento, o esta es una gran coincidencia cósmica. O alguien les está pagando una gran deuda con publicidad gratis.

Pero es una bonita idea para jugar el fin de semana...

Me gustaría haber tenido tiempo de imprimir algo para la Comictlán región 4 que está en estos días... bueno, iré de civil con la Onlyguana (el hecho de que ella vaya con una sonrisa indica qué clase de mujer tan especial es).

Hay trabajo leve para entregar el lunes (me falló el cálculo por un día) y varios acumulados que en cuanto se destraben nos van a tener dos o tres semanas en vela. Bueno, era esto o contador...

Esa cosa de arriba...

Una de las pocas ventajas competitivas que obtuve del tipo que aportó la mitad de la mezcla para mi fabricación, fué que cada vez que venía de visita (dos o tres veces al año, según las que se pudiera escapar de la esposa oficial), traía una nueva enciclopedia. O libros sueltos. O algo para rellenar la biblioteca. Entre ellas, una de mis favoritas era el Mundo Submarino de Jacque Costeau (me gustaban incluso sus programas, cuando eran submarinos... en la superficie todo se veía tan ordinario... pero bueno). El caso es que el volumen 13 de la enciclopedia estaba dedicado a los mitos y leyendas del mar, y había un par de páginas dedicados a las serpientes marinas.

Con una ilustración.

Pero QUÉ ilustración.

Aún tengo el ejemplar a diez metros de donde escribo, y podría ir y abrirlo en esa página, pero no me atrevo... la ví por primera vez hace más de veinte años, pero jamás, ni antes ni después, una imagen me ha petrificado como esa. Toda en tinta negra sobre azul, con la serpiente arrastrándose fuera del agua ayudada con dos vestigios de aletas, y mirando fijamente a quien esté enfrente con dos ojos muertos como piedras... aún hoy, sólo puedo verla si me mentalizo bien antes. Y sí, tal vez sea un simple garabato sin chiste, pero tiene algo que me paraliza.

Así que me prometí que algún día dibujaría algo igual de impactante. Este de hoy aún no lo es. Pero algún día. Se lo debo a la serpiente.

Eso es.