Viernes y organizando la mente...

... bueno, eso, y preocupándome por la bolsa.

Eso de las empresas calificadoras me parece una versión retorcida de los comentarios de la bolita de los chavos populares en la prepa. ¿No se supone que lo primero que nos trataban de enseñar en la escuela era no hacerle caso a la ponzoña? Por lo mismo se me hace así de retorcido que todo el mundo les haga caso a unos cuantos tipos cuyas credenciales son... mmm... ¿que se creen los chavos populares de la prepa?

¿O no se dan cuenta los lemmings de la bolsa de valores que lo que provoca las caídas es que se pongan a vender temiendo las caídas?

En fin, por algo no soy economista, busco explicaciones simples a temas complejos.

Tuve uno de esos asombrosos momentos milagrosos en la semana: se me tiró el celular camino a la oficina, y un buen samaritano lo encontró y me lo devolvió. Tal vez tuvo que ver con que el comunicador en cuestión es de los tiempos en que ni siquiera había pantallas a color, pero igual fue algo de lo más inesperado. Mi fé en la humanidad se restauró en un 1%.

Extraño mi surtido anual de libros de Stephen King. Todas las buenas librerías a las que iba en San Diego ya cerraron. El único libro no ilustrado que pude traer fue el segundo de la trilogía de vampiros de Guillermo del Toro, que vendían en un puesto de periódicos. Tal vez el futuro sí es digital...

Eso de arriba es para la siguiente colección de Elephantmen. Historia corta de calentamiento, y después volvemos a la serie normal. Tiempo de crisis, hay que darle con ganas.

Sean felices, es viernes.

Eso es.