Aún transformándonos...

...dormir es de lo más fácil estos días... esos desbalances calóricos son drásticos...

OK, este Bumblebee no está tan sólido como el que había en la distribuidora de los Arcos... pero vaya que fue de las fotos obligadas este año... con todo y Camaro sin transformar al lado.

Se supone que una de las cosas que distinguen a San Diego de los demás cónclaves similares es que se pueden adquirir exclusivas que en ninguna otra parte se encuentran. Principalmente sketchbooks de los autores favoritos de todo mundo. De rigor cada año voy por el de Mike Mignola (ahí siendo acosado en la foto) y su postal de turno. 25 dólares por 32 páginas impresas a blanco y negro. Pero está bien, es Mignola, puede fotocopiarse el trasero y firmarlo y quizá también lo compraría. (Bueno, quizá no a ése extremo, pero captan la idea...). No lejos de ahí está el de Travis Charest y a otros pasos el de J. Scott Campbell. Ellos tres son de los artistas que tienen mi cuenta de banco segura sin importar lo que hagan. Y de ahí en fuera, bueno, casi todo mundo tiene algo similar, pero algunos sí se cuelgan con sus precios. En fin.

Hablando de Transformers, este año se podía conseguir una de mis frustraciones de la infancia: Soundwave con sus cuatro cassettes. Soundwave era uno de los Decepticons 100% ochenteros, que se transformaba en grabadora, y contenía distintos agregados letales que cassetteaban dentro. No tenía tanto afán de librar ésa frustración por 50 dólares, pero a dos días ya estaban en Ebay por más de 250...

En fin... ver artistas de todos los tamaños y categorías es una de las mejores partes de la convención... lástima que a Frank Cho la censura lo obligó a destruir su sketchbook de este año.

Seguimos...

Eso es.