Monday, July 27, 2009

Sobrevivimos...

... Chamacas y chamacos, hénos aquí de nuevo...

(Todo lo que estuvo pasando vamos a relatarlo durante los próximos días, de la manera más coherente posible... no necesariamente cronológica y de la mayor parte tendrán que confiar en el testimonio de los presentes).

En estos momentos estoy a poco menos de 24 horas de haber regresado a esta maravillosa tierra de birria y tortillas que no vienen en aluminio plastificado... mi mente y mi organismo aún tienen ésa cosa análoga al Jet-lag (¿Con-lag?) que pasa después de pasar cinco días de largo kilometraje, sobrecarga sensorial, comidas esporádicas (y a precio de tanga de Marilyn), y todas esas cosas que hacen interesante la vida...

Para empezar, partiendo el miércoles pasado muy temprano, puedo afirmar algo de Aeroméxico: la línea más puntual del mundo, mis polainas.

Bueno, al grado de que el piloto se disculpó por el altavoz diciendo que con los recortes de personal no hay suficiente gente para atender los mostradores (pero, caramba, ¿no se supone que tienen experiencia como para no entretenerse QUINCE MINUTOS para sacar un pase de abordar?)... en fin, partimos como media hora tarde a Tijuana. Afortunadamente el tiempo no era factor en la ida, era la primera vez que íbamos a llegar por la mañana. Iron Man en las pantallitas y una barrita Quaker. En American, por vuelos quince minutos más largos te dan desayuno. En fin... es un testimonio al sistema inmunológico que no bajáramos con influenza o por lo menos un griponón de aquéllos, medio avión iba estornudando y tosiendo (y todos al aire, obviamente, como seres civilizados y compartidos).

Cruzar la línea fronteriza es lo más fácil, curiosamente. A pie y estrenando visa, y a tomar el Greyhound al otro lado.

Después, son las pequeñas diferencias... acá no estamos acostumbrados a la variedad. Ok, hay güeros, mulatos y orientales por aquí y por allá, pero son curiosidades. Allá toda la gente es diferente y no estoy seguro de que alguna sea minoría. Se ve de todo, se oye de todo. Como entrar a la cantina de Mos Eisley. Y en éstos últimos años, o hay más latinos, o están saliendo del closet, porque se escucha español todo el día. (O tal vez sea que uno tiene el nopal en la frente). Los autos, en un 80% son de modelos que ni se parecen a los que circulan por aquí. Los tacos se anuncian como cosas exóticas...

Bienvenidos a San Diego, el crisol de todas las realidades. Más o menos. Fuera de Angouleme o las ciudades que organizan un mundial o juegos olímpicos, debe ser muy difícil que toda una ciudad se transforme por un evento. Aquí tenemos la tercera feria del libro más grande del mundo, y aún así puedes pasearte por la mitad de la ciudad sin darte cuenta de que está. Pero allá, la Comicon lo inunda TODO. Cada restaurante, hotel o bar tiene descuentos o especiales para los que traigan el proverbial gaffette. Cada poste tiene el cartel del año (el anterior fue Star Trek, éste fue Avatar de James Cameron)... no puedes dar un paso sin que algo te recuerde el suceso...

En fin, bajamos del Greyhound, fuimos al hotel... y de ahí a la Meca. Seguimos después.

Eso es.

1 Comments:

Blogger Auro said...

Wooow.. vaya aventura... cuentales de la cantidad de gente que había!!! Ahora si se pasaron!:P

11:14 AM  

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