Una historia...

... Una situación financiera me dejó bastante de malas, y como que hoy tengo ganas de escribir. Ya saben cómo funciona esto... vamos improvisando sobre la marcha:


EN LA PERILLA DE GUAM:

Las voces de una multitud de muertos abarrotaba los oídos de Alithzon.

Al menos Alithzon suponía que estarían muertos, dadas las circunstancias. Las voces provenían de los surcos irregulares que decoraban la estatuilla de arcilla que había recuperado de las ruinas de Agartha, justo en donde se había derrumbado el tren neumático de Shangri-La, quince mil años atrás.

Días más, días menos.

La estatuilla representaba una serpiente con un casco espacial. Alithzon no había concluído si las voces serían parte de su intención original. Suponía que serían un accidente, tal y como las voces de Pompeya y de la Perilla de Guam: un alfarero está decorando con un punzón su pieza giratoria, y más de alguno de los ruidos ambientales quedan registrados, siguiendo el mismo principio prehistórico del disco de acetato. Un aparato que Alithzon improvisó con una jeringa del botiquín y un servomotor le permitía escuchar los sonidos así inmortalizados.

Las voces de la serpiente no parecían humanas.

Alithzon buscó en su memoria genética algo similar, dándose cuenta casi de inmediato que no estaba escuchando voces. Una célula de cada millón en su organismo había sido modificada para convertirse en un disco duro genético con acceso inmediato. Cada célula almacenaba un Terabyte de información, aproximadamente. La décima-factorial contenía el dato que necesitaba.

Púlsares.

Pero cada uno tenía su propia modulación de hidrógeno y transmitía en una banda diferente. Y conversaban. Y dado que un púlsar tiene algunos millones de kilómetros de diámetro, no es fácil reunirlos en un planeta.

Así que esa pieza de alfarería había sido elaborada en medio de una acumulación de púlsares. Alithzon no creía que hubiera una así en la galaxia.

¿De dónde venía la serpiente del casco espacial?

Como si fuera una señal del universo, la batería se agotó en ese instante.

Alithzon guardó la estatuilla y su equipo improvisado en su bolsa marsupial, junto con Excalibur y el esqueleto de Megalodon. Si ese pesado de Vratik no llevaba la colección de clones constructores recuperados de los intersticios de la Gran Pirámide, tal vez lograría una calificación decente...


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No, no sé qué significa.

Eso es.