Entre grietas y escombros...
...Chamacas y chamacos, desgraciadamente abandoné Topología II y Cosmografía I antes de tiempo... de haberlas terminado, probablemente le encontraría alguna forma a las obras en proceso para el tal Metrobús de la Calzada. ¿Va a ser camión, trenecito, megalandria o Mag-Lev? ¿O megaelefante blanco de cincuenta cuadras? En fin, veremos...
...mientras tanto, aún tenemos dinosaurios mecánicos destrozando el pavimento y recogiéndolo a tarascadas a diez metros del a ventana, y los adolespubertos de Monterrey aún nos tiran los árboles en sus prácticas de manejo. Y el limón que pasó veinte años en la maceta del abuelo aún se empeña en retoñar a pesar de tener la mitad petrificada (debí haber guardado la rama mutante que tuvo alguna vez, ésa tenía valor darwininano).
Éso, y seguimos trabajando, o algo similar. Arreando editores amnésicos, últimamente. Curiosamente la amnesia siempre les afecta a la hora de firmar los cheques.
En fin.
Pórtense mal, cuídense bien, Nancynismo para todos... saludos a la Polla mudada, a la Prieta tesiada, al buen Buttkick (que siempre estará solícito y dispuesto a conseguir la carta de retención que sería un buen detalle después de los seis meses gratuitos de ProyectoC), al heróico Cuaas, al animal y familia, al primo, al cuate Edel, y a toda la maravillosa gente al otro lado del Alzheimer.
Y a la mejor esposa del mundo mundial.
Próxima semana, pistaches en escabeche.
RECOMENDACIONES:
-INDIANA JONES Y... 4, PUES.
Mmm.
La última vez que ví una película de Indiana en el cine fue en el 84, el Templo de la Perdición (que durante mucho tiempo fue mi favorita de las tres, ya que la primera no la recordaba y la tercera sólo la veía en la versión de canal 7, donde siempre parecía que le cortaban el remate del discurso del caballero)... estableciendo el hecho, fuí uno de los miles que quería que la serie continuara, y uno de los millones que rogaba que la dejaran morir con dignidad después de ver las pruebas de senilidad de Lucas y Spielberg (y la anorexifilia de Harrison)... pero vaya, como suelen hacer, fueron y la hicieron sin pedirme mi opinión.
Y por una vez, me alegro de que no me hicieran caso...
Ok, de una vez y para que no haya dudas: en el momento en que Harrison Ford toma el sombrero y se lo pone, es como si veinte años no hubieran pasado.
Ver nuevamente a Indiana Jones en pantalla es exactamente como ver a un viejo amigo que se ha desaparecido décadas. Al principio lo ves como algo ajeno y acabado. Y de pronto hace ése gesto. Y menciona aquélla fiesta. Y vuelve a contar aquélla anécdota. Y te das cuanta de cuánto lo extrañabas, y que realmente sigue siendo el mismo. Y así empieza Indy, totalmente fuera de lugar en un mundo que parece que ya lo dejó atrás, hasta que se encuentra de nuevo haciendo lo que sabe hacer mejor: salir de la biblioteca y echarse el sombrero sobre los ojos para la siesta en el avión antes de meterse entre ruinas y cadáveres y telaraños para encontrar la puerta secreta que lleva al tesoro... la principal queja sobre las precuelas de Star Wars era que no se parecían en nada a las primeras películas. Bueno, ésa no debería ser aplicable aquí, ésta película es exactamente como los anteriores, y éso no es un punto en contra, al contrario. Es cómoda y bien ajustada, como un zapato viejo. O un sombrero.
Y bueno... tal vez a ratos se pasa de cómoda... ya sabemos que los rusos son malos hasta la médula y que el gobierno estorba más de lo que ayuda y las pistas se van a ir revelando una tras otra sin complicaciones... pero, vaya, ÉSE es Indiana Jones, el que jamás se rinde y jamás tiene un plan pero siempre encuentra una salida, y que tiene la curiosa costumbre de destruir cualquier lugar invaluable por el que atraviesa... pero aún es la encarnación de la aventura. Con más canas, madurez y años, y con más tiempo de recuperación entre carrera y descolgada, pero aún es cada gramo del héroe que conocimos hace años. Y Karen Allen aún ilumina la pantalla y le da el remate perfecto a la saga. (Estoy suponiendo que este será el remate).
De ahí en fuera: lugar misterioso, presente, persecución imposible, presente, reliquia de gran poder, presente, malos-malos y maloides-traicioneros, presentes, homenaje a Star Wars, presente (aunque esta vez es una frase y no algo en pantalla)... y bueno, creo que lo más importante es que se resistieron a arreglar algo que no estaba descompuesto... esta no es una película para descubrir el profundo significado de la vida, es para reunirse con un viejo amigo al que hace mucho que no vemos y probablemente no veamos otra vez, y recordar por qué nos hicimos amigos para empezar.
La aventura sigue teniendo un sólo nombre. Bueno, dos.
Eso es.
...mientras tanto, aún tenemos dinosaurios mecánicos destrozando el pavimento y recogiéndolo a tarascadas a diez metros del a ventana, y los adolespubertos de Monterrey aún nos tiran los árboles en sus prácticas de manejo. Y el limón que pasó veinte años en la maceta del abuelo aún se empeña en retoñar a pesar de tener la mitad petrificada (debí haber guardado la rama mutante que tuvo alguna vez, ésa tenía valor darwininano).
Éso, y seguimos trabajando, o algo similar. Arreando editores amnésicos, últimamente. Curiosamente la amnesia siempre les afecta a la hora de firmar los cheques.
En fin.
Pórtense mal, cuídense bien, Nancynismo para todos... saludos a la Polla mudada, a la Prieta tesiada, al buen Buttkick (que siempre estará solícito y dispuesto a conseguir la carta de retención que sería un buen detalle después de los seis meses gratuitos de ProyectoC), al heróico Cuaas, al animal y familia, al primo, al cuate Edel, y a toda la maravillosa gente al otro lado del Alzheimer.
Y a la mejor esposa del mundo mundial.
Próxima semana, pistaches en escabeche.
RECOMENDACIONES:
-INDIANA JONES Y... 4, PUES.
Mmm.
La última vez que ví una película de Indiana en el cine fue en el 84, el Templo de la Perdición (que durante mucho tiempo fue mi favorita de las tres, ya que la primera no la recordaba y la tercera sólo la veía en la versión de canal 7, donde siempre parecía que le cortaban el remate del discurso del caballero)... estableciendo el hecho, fuí uno de los miles que quería que la serie continuara, y uno de los millones que rogaba que la dejaran morir con dignidad después de ver las pruebas de senilidad de Lucas y Spielberg (y la anorexifilia de Harrison)... pero vaya, como suelen hacer, fueron y la hicieron sin pedirme mi opinión.
Y por una vez, me alegro de que no me hicieran caso...
Ok, de una vez y para que no haya dudas: en el momento en que Harrison Ford toma el sombrero y se lo pone, es como si veinte años no hubieran pasado.
Ver nuevamente a Indiana Jones en pantalla es exactamente como ver a un viejo amigo que se ha desaparecido décadas. Al principio lo ves como algo ajeno y acabado. Y de pronto hace ése gesto. Y menciona aquélla fiesta. Y vuelve a contar aquélla anécdota. Y te das cuanta de cuánto lo extrañabas, y que realmente sigue siendo el mismo. Y así empieza Indy, totalmente fuera de lugar en un mundo que parece que ya lo dejó atrás, hasta que se encuentra de nuevo haciendo lo que sabe hacer mejor: salir de la biblioteca y echarse el sombrero sobre los ojos para la siesta en el avión antes de meterse entre ruinas y cadáveres y telaraños para encontrar la puerta secreta que lleva al tesoro... la principal queja sobre las precuelas de Star Wars era que no se parecían en nada a las primeras películas. Bueno, ésa no debería ser aplicable aquí, ésta película es exactamente como los anteriores, y éso no es un punto en contra, al contrario. Es cómoda y bien ajustada, como un zapato viejo. O un sombrero.
Y bueno... tal vez a ratos se pasa de cómoda... ya sabemos que los rusos son malos hasta la médula y que el gobierno estorba más de lo que ayuda y las pistas se van a ir revelando una tras otra sin complicaciones... pero, vaya, ÉSE es Indiana Jones, el que jamás se rinde y jamás tiene un plan pero siempre encuentra una salida, y que tiene la curiosa costumbre de destruir cualquier lugar invaluable por el que atraviesa... pero aún es la encarnación de la aventura. Con más canas, madurez y años, y con más tiempo de recuperación entre carrera y descolgada, pero aún es cada gramo del héroe que conocimos hace años. Y Karen Allen aún ilumina la pantalla y le da el remate perfecto a la saga. (Estoy suponiendo que este será el remate).
De ahí en fuera: lugar misterioso, presente, persecución imposible, presente, reliquia de gran poder, presente, malos-malos y maloides-traicioneros, presentes, homenaje a Star Wars, presente (aunque esta vez es una frase y no algo en pantalla)... y bueno, creo que lo más importante es que se resistieron a arreglar algo que no estaba descompuesto... esta no es una película para descubrir el profundo significado de la vida, es para reunirse con un viejo amigo al que hace mucho que no vemos y probablemente no veamos otra vez, y recordar por qué nos hicimos amigos para empezar.
La aventura sigue teniendo un sólo nombre. Bueno, dos.
Eso es.
4 Comments:
Hej
Hoy vi Indiana Jones y también me gustó. Pero es como cuando tienes un buen platillo y accidentalmente masticas un clavo de olor usado para condimentarlo.
El primer "clavo" se la atribuí a mi alemán (vi la película doblada, no en el idioma original), pero después de leer comentarios en Internet veo que mi entendimiento no fue tan malo. Y es que escuché que Indiana aprendió quechua con Pancho Villa (?)... ese comentario me da pesadillas, es como decir que también aprendió náhuatl con Lenin.
El segundo clavo es el desenlace la aventura... definitivamente, no es mi favorito...
Pero por dos clavos uno no desmerece toda la cena...
Saludines,
Yarenny
Hola, feliz inicio de semana!
Pues a mi si me gustó Indy... y sobretodo ir contigo.
Gracias! :*
has de ver el escándalo que se traen por la película en cuestión, pero no aceptan que la nostalgia les gana y por eso opinan pestes de ella, tiene sus bemoles la peli, pero no es mala.
Si hay su Indiana, pero pos faltó la aventura en sí; hay que hacer notar que Indy no hizo más que descifrar el paradero de su amigo, quién ya había descubierto todo y solo una pista le faltaba.
Lo que sí me dió cosa fué Irina Spalko, impresionaba con su acento, pero como que no la lucieron bien. Un saludote tórtolos, que estén de fábula...
maldigo al metrobus!!, me hace tardar casi 15 minutos en cruzar la calzada
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