Sunday, May 06, 2007

Agarrando ritmo...

Chamacas y chamacos, realmente el truco no está en la cantidad de cosas por hacer, sino en llegar del humor oportuno... como la "mano caliente" de los basquetbolistas (aunque la estadística dice que realmente es una leyenda urbana, pero en fin).

Saben, realmente sería mucho más feliz si no me empeñara en analizar las cosas... particularmente al senador del PRD que dijo ayer en cadena nacional que la serie de ejecuciones es culpa del gobierno federal por estar PROVOCANDO a los jefes del crimen organizado, en lugar de impulsar el diálogo con ellos porque los criminales SIEMPRE están dispuestos a NEGOCIAR... (dénle unas dos o tres vueltas y piensen en todas las implicaciones... que no es nada que no supiéramos ya, pero ahora está grabado)...

Bueno, ya se imaginarán que lo que sigue se va a extender...

Pórtense mal, cuídense bien, Nancynismo para todos... saludos a la Prieta desaparecida, a la Polla agitada, al buen Buttkick, a la Más Exótica de las Hijas, al heróico Cuaas, a Alexa, a Marlene, a la contadora favorita, Allen, Rabbitto, y toda la maravillosa gente al otro lado del Alzheimer...

Y a la mejor novia del mundo mundial... pues no cualquiera nos tolera cruzar plaza Galerías corriendo y aguantar toda la tarde sólo con palomitas, todo en aras de alcanzar lugar en la sala con pantalla grande...

Próxima semana, brownies de guanábana. Consigan seis kilos de cáscara.


RECOMENDACIONES:

-EL HOMBRE ARAÑA 3:

Últimamente he estado leyendo una insana cantidad de material sobre Leonardo Da Vinci... (todo lo que no hable del priorato o las conspiraciones, por lo menos), y entre todos los entretelones de su vida, hay una idea que me ha entretenido particularmente.

Simplemente: después de terminar la Última Cena y la Mona Lisa... ¿qué? ¿Sabía que ya había llegado a su cúspide, o aún planeaba hacer algo superior?

Porque a veces se llega a un punto en el que las limitaciones físicas impiden ir más allá... en el que la misma naturaleza de lo que se hace no permite dar más... aún se puede intentar y lograr un buen esfuerzo, pero vaya... uno no se pone a brincar en la cima del Everest. Por ganar otro medio metro se puede ir de boca ocho kilómetros.

Obviamente, cualquier obra de Leonardo es superior a lo que cualquiera pudiera hacer antes o después... pero después de sus dos obras maestras, nada de lo que hizo (de lo poco que terminó) se acercaba siquiera a su nivel de genialidad. El rayo puede caer dos veces en el mismo lugar. Tres, ya no es cosa de mortales.

Y al menos del Renacimiento para acá, la mayoría somos simples mortales...


El cierre de la trilogía del Hombre Araña tenía un nivel de expectativa pocas veces logrado en la industria. Tenía todo el presupuesto posible (si creemos las cifras oficiales, la tercera película costó casi tanto como la trilogía completa del Señor de los Anillos), tenía todo el elenco probado y comprobado y uno de los directores más consentidos de la década, y todo un universo de posibilidades para darle un remate glorioso a una de las mejores sagas en la historia del cine.

Y casi lo logra.

Casi.

No se me da una crítica objetiva porque, vaya, ES el Hombre Araña... la primera película surgió de la nada logrando la hazaña imposible de contar el origen del héroe de una manera espectacular, con un guión impecable y personajes redondos (aún con la fatalidad del Power Ranger Verde), y la segunda llevó la historia mucho más allá, corrigiendo los leves errores de la primera entrega, dándole más peso y crecimiento a cada personaje (volviendo inolvidable al doctor Octopus, caramba, que en cuarenta años del cómic sólo daba risa), y creando una obra cinematográfica básicamente perfecta, dejando la mesa puesta para tantas cosas...

Y en cuanto a la tercera...

Mmm... tal vez me falte otra sesión para terminar de digerirla. No es una decepción al nivel de Episodio 123, por supuesto (nada lo es), y no es una mala película desde ningún ángulo... caramba, tiene suficiente material para dos o tres grandes películas, y tal vez ese es el problema... está el viaje de caída y redención de Peter, el camino de venganza de Harry, la depresión de Mary Jane, las leves apariciones de Gwen, la ruta dolorosa del Arenero, la psicosis de Eddie Brock (que supuestamente fue una imposición del estudio, que quería poder comercializar a Venom)... demasiadas líneas argumentales que se cruzan y se descruzan en una historia que al final se parece demasiado a la de la primera película con distintos detalles. Mucho qué malabarear.

Y Sam Raimi logra malabarear los distintos elementos hasta cierto punto... claro que hay que perdonar bastantes coincidencias: Peter estaba EXACTAMENTE en ese lugar cuando cayó el meteoro, y Gwen estaba EXACTAMENTE en ese edificio, y alguien más iba pasando EXACTAMENTE por... bueno, esa es la idea. La obra es ambiciosa desde todos los ángulos... un poco menos elegante por haber perdido al compositor y diseñador de producción originales, pero la mayor parte de los problemas vienen de compararla con las películas anteriores.

Después de la Última Cena y la Monalisa... las siguientes obras probablemente no estén al nivel.

Pero con todo, hay algo que sigue siendo impecable, y es lo más importante. Los personajes siguen siendo el enfoque principal, y volver a verlos se siente como visitar de nuevo a viejos amigos. Se puede sentir el conflicto de Peter y la angustia de MJ, y se quiere con desesperación intervenir para que no se echen a perder las cosas... y duele ver la amistad rota entre Peter y Harry, y las cosas que no pueden arreglarse... y vaya, aunque todo lo demás fallara en la película (lo que no ocurre), este enfoque la salva. Simple y directo: es el camino del héroe, y hay gente que lo ayuda a ser más, y gente que está en su contra y lo obliga a ser más, y sus propios miedos y conflictos internos que lo pueden llevar en cualquier dirección. Y el camino del héroe puede tomarlo cualquiera.

Hay grandes imágenes y grandes personajes, y si las escenas no quitan el aliento es por la misma razón que el Apolo XIII no tuvo audiencia en su lanzamiento: buena parte ya lo habíamos visto antes. Hay mucho qué contar y mucho qué abarcar, y no se le pudo dar su justo espacio a todo (Gwen originalmente era la mujer más importante en la vida de Peter... en esta versión difícilmente aparece en pantalla... de hecho, Úrsula se roba la película en sus tres escenas; el drama del traje negro y Venom, o el del Arenero, o el de Harry, por sí sólos hubieran llenado las dos horas con espacio para respirar)... ciertamente, no hay un momento aburrido. Tampoco de descanso. Otra media hora, o una línea argumental menos, (y más tiempo de J. Jonah Jameson, que por sí solo desquita el boleto) y éste hubiera sido un excelente remate de trilogía. Tal como queda, es un remate bastante bueno.

Sí, ciertamente es la mejor trilogía de superhéroes de todas. Sí, es una de las mejores trilogías en la historia del cine, punto. La tercera parte no funciona tan bien por sí sola como sus antecesoras, pero encaja en cuanto a que permite completar la jornada del Héroe de Peter Parker, desde sus inicios, pasando por todos sus tropiezos, hasta convertirse en lo que está destinado a ser. Duele saber que esta trilogía pudo ser perfecta corrigiendo unos cuantos detalles...

...pero a fin de cuentas esa ha sido siempre la esencia del Hombre Araña: no siempre se va a ganar. Pero jamás va a ser porque no se intentó lo suficiente.

Y de cualquier forma, los museos se matan por todo lo que Leonardo hizo después de la Última Cena y la Monalisa.

Eso es.

1 Comments:

Blogger aurangelica said...

Ja, ja, ja... fué divertido eso de cruzar la plaza corriendo... ya sabes... pronto se repetirá de nuevo la historia cuando comience Harry Potter... jaja...

Que tengas una buena semana!!!

7:50 AM  

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