Un día después...

...ok, no hay rastros aparentes de Alzheimer, Parkinson, arterioesclerosis o similares, así que supongo que un cumplemenos más no se refleja inmediatamente en la esperanza de vida y/o achaques propios de la edad. Por lo menos ya le ganamos en un lustro a Jim Morrison y Janis Joplin.

Ayer vino de visita a la casa mi tío egipcio (bueno, armenio nacido en Egipto), el que se fue en pos del sueño americano hace 22 años y desde entonces no lo veíamos, regresó con hígado nuevo y en posesión de un minimart onda Apu después de una temporada de trailero.

Mmm... cuando hago comentarios como el anterior parece que los estoy inventando, ¿verdad?

El principal indicativo de que ya te has establecido en tu profesión y que ya estás en el camino del éxito, es cuando te puedes dar el lujo de elegir y rechazar trabajos... lo cuál no estoy en posición de hacer, sigo aceptando lo que cae :P... en fin, parte del negocio y hay cuentas qué pagar.

La mejor novia del mundo mundial me trajo pastel de chocolate y el dvd de Sin City ;)

Hoy escuché un diálogo simpático de dos pubertos, reproducido lo más aproximado posible:

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-Nel, wey, estamos estudiando ahorita el comunismo y el socialismo y la historia y puras cosas que ni a quién le importen, wey, a nadie le van a servir.

-Hey, y en matemáticas, wey, que estamos viendo ángulos y rectas... todavía que uno fuera a ser arquitecto te lo paso que le sirvan, pero a uno qué, nomás pérdida de tiempo.

-Sí, wey, todas esas habrían de ser optativas, mejor llevar cuatro horas de entrenamiento de fut y una de recreación, cosas que uno vaya a usar, wey.

-Hey, wey, algo así chido que sí sea de la vida real, wey... ¿y tú qué piensas estudiar?

-Sepa la bola, wey.

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Tengan miedo, tengan mucho miedo...

La asignatura de la maestría en retrocine fue La Ventana Indiscreta, de Alfred Hitchcock. Me gusta Hitchcock, antes de este año nunca había visto una película suya completa, sólo lo ubicaba por la encarnación ochentera de su "Alfred Hitchcock presenta", que al menos era entretenida la mitad de las veces... pues bien, tal vez todos sus trucos de cámara ya estén pasados de moda de tanta repetición, pero eso no es su culpa, él fue el primero que los hizo... y algo que hacía de maravilla era presentar un suceso común y corriente y hacer que se fuera complicando hasta escala inimaginable.

Como en esta película, que en el papel suena somnífera: un fotógrafo con una pierna rota pasa los días mirando por la ventana la vida de sus vecinos... pero Hitchcock, con pura creatividad y manejo de cámara (y excelentes actuaciones) hace que la trama funcione de forma inevitable... vamos aprendiendo junto con el protagonista cada vez más y más de la vida de los vecinos hasta que descubrimos más de lo que queríamos saber... y más de cincuenta años después del hecho, pasada de moda y todo, logra que uno se aferre al borde del asiento en los últimos diez minutos...

Cuando sea grande haré una película...

Eso es.