El acertijo de los kallikanzaroi...
Chamacas y chamacos, los kallikanzaroi son criaturas legendarias de la antigua Grecia, comúnmente relacionados con los faunos (los de patas y cuernos de cabra y el resto humano), y cuando te detenían por el camino te hacían una pregunta, y dependiendo de la respuesta te dejaban pasar o te eliminaban. El acertijo era: ¿Plumas o plomo? El problema era que sólo el kallikanzaroi sabía la respuesta, y la respuesta era la que él quisiera. Y generalmente quería que el interrogado perdiera.
Todo eso simplemente porque esta semana ha habido demasiadas preguntas sin respuesta, pero bueno...
Pero en fin, ha habido muchos de esos pequeños detalles que no esperaría que ocurrieran... como ver por televisión a mi antiguo maestro y regular jefe promocionando el diseño industrial (el buen Gerardo Espinosa de los Monteros... que se ganó a pulso el mote de Exagerardo Eschismoso de las Mentiras)... como enterarme de que mi contadora favorita fue vilmente corrida como nosotros en un lejano día... como ver a Ana Guevara perder con Tonique por más de cinco metros (lo sorprendente es que ya se hizo costumbre)... como tener las calles llenas de multitudes con tambores y matracas que enmudecieron en el último minuto del partido, con cara de que pidieron un Playstation para Navidad y desenvolvieron un yoyo... como escuchar con la Onlyguana un singular concierto callejero de algo jazzezco (y con el maravilloso choque cultural de tener una cantante gringa echándose su número frente a la estatua de Juan Escutia, que seguro abanicó en su tumba)...
...lo mejor y lo peor de la vida es que nunca sabes qué viene a continuación...
Pórtense mal, cuídense bien, Nancynismo para todos... saludos a la Prieta tardeada, a la Polla agitada, al buen Buttkick, al heróico Cuaas, al Yorch y similares, a la Marcela, al Gabo, al cuate Edel, a E, al célebre Hermano Comiquero, a la contadora favorita, a Caty, Belle, Aquiles, Carlos, Ale, Minervita, y toda la maravillosa gente al otro lado del Alzheimer...
Y a la mejor novia del mundo mundial.
Próxima semana, esmilodonte en chimichurri.
RECOMENDACIONES:
-MAGNIFICA DESOLACIÓN (CAMINATA EN LA LUNA)
Me tenía desde el título...
Ahora, esta es una de las razones por las que vale la pena una pantalla IMAX...
Sí, culpable del cargo, yo fuí uno de los niños ridículos que a los once años aún decía que quería ser astronauta (cuando algún artista de Televisa seguro había dicho que su carrera era Ciencias de la Comunicación, porque eso era lo que quería estudiar el resto del salón)... fuí de expedición a la nada durante la madrugada con un par de binoculares para tratar de ver el cometa Halley (y no estoy seguro de haberlo visto, pero prefiero pensar que sí)... ví cada repetición de Cosmos hasta que me supe los capítulos de memoria; me fleté todos esos maravillosos libros de Time Life sobre el programa espacial; conseguí un libro de constelaciones y me ponía a buscarlas desde Centro de Diseño antes de empezar las clases, a las 6:30 de la mañana cuando no había luz y nada más qué hacer...
Y parece que Tom Hanks tuvo una infancia similar, junto con más de un hollywoodense... y le dieron forma a una joya absoluta que toca todas las fibras adecuadas... desde lo patético que es que la conquista de la Luna sea una nota en los libros de historia, hasta lo increíblemente complejo que es el viaje espacial y las infinitas posibilidades de que algo salga mal... todo dentro de la Magnífica Desolación que bautizó Neil Armstrong (no Lance, como creen los niños del documental). Que no es más que un desierto interminable, sin aire, sin perspectiva y casi sin gravedad, pero es lo más lejos que hemos llegado y el primer paso para ir mucho más allá...
Y un primer paso que se dió hace casi cuarenta años, caramba... tal vez sólo fuí yo, pero lloré el día que escuché en un documental que toda la tecnología del Saturno V y el módulo lunar había sido abandonada y destruída, y que cualquier nueva misión tendría que empezar de cero, desde construir el cohete y todo lo demás... y es una lástima, porque esos son de los detalles que deberían avegonzar a la especie. Ser capaces de llegar ahí, y DECIDIR no ir más allá. Más aún, dejar de ir.
Seguro, no es una película para todo mundo. Pero para el que se permita apasionarse, es un momento invaluable. Hay demasiadas cosas allá afuera. El universo es infinitamente más grande que nuestras angustias y nuestras tragedias y nuestras estupideces, y está todo ahí, esperando. Tengo un número limitado de años por delante, y la Nasa dice que van a pasar más de veinte para siquiera intentar ir a Marte... ¿Por qué no hay miles de estaciones espaciales, y elevadores orbitales, y una base lunar, y minas en los asteroides? ¿Por qué tenemos que quedarnos tocando la puerta cuando hay tantos lugares para jugar allá afuera?
Esta es justo la película que me hubiera echado a perder la vida a los ocho años. Me alegro de haberla visto hasta ahora. De haberla visto entonces, se me hubiera ido la vida queriendo ser el siguiente en llegar a la Luna.
Espero que otro niño ridículo entre al cine en estos días, y vea esta película. Y espero que él también tenga esa idea, y nunca la deje.
Espero alcanzar a ver que damos el siguiente paso...
Dijo mi amigo Isaac Asimov: La Tierra es la cuna del conocimiento. Pero no se puede vivir para siempre en la cuna.
Eso es.
Todo eso simplemente porque esta semana ha habido demasiadas preguntas sin respuesta, pero bueno...
Pero en fin, ha habido muchos de esos pequeños detalles que no esperaría que ocurrieran... como ver por televisión a mi antiguo maestro y regular jefe promocionando el diseño industrial (el buen Gerardo Espinosa de los Monteros... que se ganó a pulso el mote de Exagerardo Eschismoso de las Mentiras)... como enterarme de que mi contadora favorita fue vilmente corrida como nosotros en un lejano día... como ver a Ana Guevara perder con Tonique por más de cinco metros (lo sorprendente es que ya se hizo costumbre)... como tener las calles llenas de multitudes con tambores y matracas que enmudecieron en el último minuto del partido, con cara de que pidieron un Playstation para Navidad y desenvolvieron un yoyo... como escuchar con la Onlyguana un singular concierto callejero de algo jazzezco (y con el maravilloso choque cultural de tener una cantante gringa echándose su número frente a la estatua de Juan Escutia, que seguro abanicó en su tumba)...
...lo mejor y lo peor de la vida es que nunca sabes qué viene a continuación...
Pórtense mal, cuídense bien, Nancynismo para todos... saludos a la Prieta tardeada, a la Polla agitada, al buen Buttkick, al heróico Cuaas, al Yorch y similares, a la Marcela, al Gabo, al cuate Edel, a E, al célebre Hermano Comiquero, a la contadora favorita, a Caty, Belle, Aquiles, Carlos, Ale, Minervita, y toda la maravillosa gente al otro lado del Alzheimer...
Y a la mejor novia del mundo mundial.
Próxima semana, esmilodonte en chimichurri.
RECOMENDACIONES:
-MAGNIFICA DESOLACIÓN (CAMINATA EN LA LUNA)
Me tenía desde el título...
Ahora, esta es una de las razones por las que vale la pena una pantalla IMAX...
Sí, culpable del cargo, yo fuí uno de los niños ridículos que a los once años aún decía que quería ser astronauta (cuando algún artista de Televisa seguro había dicho que su carrera era Ciencias de la Comunicación, porque eso era lo que quería estudiar el resto del salón)... fuí de expedición a la nada durante la madrugada con un par de binoculares para tratar de ver el cometa Halley (y no estoy seguro de haberlo visto, pero prefiero pensar que sí)... ví cada repetición de Cosmos hasta que me supe los capítulos de memoria; me fleté todos esos maravillosos libros de Time Life sobre el programa espacial; conseguí un libro de constelaciones y me ponía a buscarlas desde Centro de Diseño antes de empezar las clases, a las 6:30 de la mañana cuando no había luz y nada más qué hacer...
Y parece que Tom Hanks tuvo una infancia similar, junto con más de un hollywoodense... y le dieron forma a una joya absoluta que toca todas las fibras adecuadas... desde lo patético que es que la conquista de la Luna sea una nota en los libros de historia, hasta lo increíblemente complejo que es el viaje espacial y las infinitas posibilidades de que algo salga mal... todo dentro de la Magnífica Desolación que bautizó Neil Armstrong (no Lance, como creen los niños del documental). Que no es más que un desierto interminable, sin aire, sin perspectiva y casi sin gravedad, pero es lo más lejos que hemos llegado y el primer paso para ir mucho más allá...
Y un primer paso que se dió hace casi cuarenta años, caramba... tal vez sólo fuí yo, pero lloré el día que escuché en un documental que toda la tecnología del Saturno V y el módulo lunar había sido abandonada y destruída, y que cualquier nueva misión tendría que empezar de cero, desde construir el cohete y todo lo demás... y es una lástima, porque esos son de los detalles que deberían avegonzar a la especie. Ser capaces de llegar ahí, y DECIDIR no ir más allá. Más aún, dejar de ir.
Seguro, no es una película para todo mundo. Pero para el que se permita apasionarse, es un momento invaluable. Hay demasiadas cosas allá afuera. El universo es infinitamente más grande que nuestras angustias y nuestras tragedias y nuestras estupideces, y está todo ahí, esperando. Tengo un número limitado de años por delante, y la Nasa dice que van a pasar más de veinte para siquiera intentar ir a Marte... ¿Por qué no hay miles de estaciones espaciales, y elevadores orbitales, y una base lunar, y minas en los asteroides? ¿Por qué tenemos que quedarnos tocando la puerta cuando hay tantos lugares para jugar allá afuera?
Esta es justo la película que me hubiera echado a perder la vida a los ocho años. Me alegro de haberla visto hasta ahora. De haberla visto entonces, se me hubiera ido la vida queriendo ser el siguiente en llegar a la Luna.
Espero que otro niño ridículo entre al cine en estos días, y vea esta película. Y espero que él también tenga esa idea, y nunca la deje.
Espero alcanzar a ver que damos el siguiente paso...
Dijo mi amigo Isaac Asimov: La Tierra es la cuna del conocimiento. Pero no se puede vivir para siempre en la cuna.
Eso es.
1 Comments:
Recuerdo de desde niña me ha apasionado mirar al cielo, la luna y las estrellas. Me fascinan las noches claras donde puedes verlas. Lamentablemente la cuidad ya tiene tanta luz, que es casi imposible ver una noche llena de estrellas. Entonces es cuando hay que salir al campo y mirar el cielo. Es sorprendente. maravilloso. Es cuando me hace pensar en lo pequeños que somos y en los grandes que podríamos llegar a ser si pudieramos alcanzar a descubrir lo que existe más allá.
Pero nunca hay que dejar de soñar.
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