Stan Winston...
Stan Winston murió ayer a los 62 años.
Sólo lo ví una vez (bueno... tal vez debería decir, LO VÍ al menos una vez) en la Comicon de 2003 o 2004, estaba presentando una línea de cómics de corta duración llamada Stan Winston Presents, y hablando de cómo era un el más grande fan de Superman frente a un auditorio a reventar. Buen comunicador, tenía a todo mundo en la palma de su mano. Claro, el estatus de leyenda lo ayudaba.
¿Que quién demonios era Stan Winston? De acuerdo, no es un nombre con el impacto de George Lucas o Steven Spielberg. Sin embargo, para los que hemos sido fanáticos del cine fantástico en las últimas tres décadas, el suyo resonaba como uno de los nueve mil millones de nombres de Dios. Stan Winston era el maestro de los efectos especiales. De los auténticos efectos especiales, aquéllos en que la magia se hacía con látex y arcilla y servomotores, y los milagros se podían tocar y sentir, y cobraban vida sin que se vieran pixeles o malas texturas. Milagros más grandes que la vida.
De su estudio salió Terminator, la reina Alien, el Depredador, Edward Scissorhands, los dinosaurios de Parque Jurásico... vaya, esos son los más conocidos únicamente, algunos ganadores de Óscar, porque si recorremos la lista completa de las películas en las que intervino, desde La Cosa del Otro Mundo hasta el Inspector Gadget, no alcanza la memoria en el servidor. Todavía vieron su trabajo una última vez en Iron Man. Stan Winston era lo mejor de la vieja escuela, de los que crecieron queriendo ser Ray Harryhaussen y disecaban las películas de Universal para saber cómo habían hecho al monstruo... lo recuerdo en sus especiales de La Magia del Cine, cómo se encendía la pantalla cada vez que mostraba sus maquetas y sus animatronics y hablaba de sus veinte mil proyectos... el hombre vivía para el cine... más aún, vivía para lograr lo imposible en el cine. Incluso tradujo su estudio a la era digital con un éxito igual o mayor, y nunca dejó de trabajar, como se supone que es derecho de las leyendas. Estaba ampliando su estudio y empezando a construir cosas para Terminator 4y Avatar y quién sabe qué mas...
Stan Winston murió ayer, y una de las mejores partes del cine ya no va a ser igual.
Eso es.
Sólo lo ví una vez (bueno... tal vez debería decir, LO VÍ al menos una vez) en la Comicon de 2003 o 2004, estaba presentando una línea de cómics de corta duración llamada Stan Winston Presents, y hablando de cómo era un el más grande fan de Superman frente a un auditorio a reventar. Buen comunicador, tenía a todo mundo en la palma de su mano. Claro, el estatus de leyenda lo ayudaba.
¿Que quién demonios era Stan Winston? De acuerdo, no es un nombre con el impacto de George Lucas o Steven Spielberg. Sin embargo, para los que hemos sido fanáticos del cine fantástico en las últimas tres décadas, el suyo resonaba como uno de los nueve mil millones de nombres de Dios. Stan Winston era el maestro de los efectos especiales. De los auténticos efectos especiales, aquéllos en que la magia se hacía con látex y arcilla y servomotores, y los milagros se podían tocar y sentir, y cobraban vida sin que se vieran pixeles o malas texturas. Milagros más grandes que la vida.
De su estudio salió Terminator, la reina Alien, el Depredador, Edward Scissorhands, los dinosaurios de Parque Jurásico... vaya, esos son los más conocidos únicamente, algunos ganadores de Óscar, porque si recorremos la lista completa de las películas en las que intervino, desde La Cosa del Otro Mundo hasta el Inspector Gadget, no alcanza la memoria en el servidor. Todavía vieron su trabajo una última vez en Iron Man. Stan Winston era lo mejor de la vieja escuela, de los que crecieron queriendo ser Ray Harryhaussen y disecaban las películas de Universal para saber cómo habían hecho al monstruo... lo recuerdo en sus especiales de La Magia del Cine, cómo se encendía la pantalla cada vez que mostraba sus maquetas y sus animatronics y hablaba de sus veinte mil proyectos... el hombre vivía para el cine... más aún, vivía para lograr lo imposible en el cine. Incluso tradujo su estudio a la era digital con un éxito igual o mayor, y nunca dejó de trabajar, como se supone que es derecho de las leyendas. Estaba ampliando su estudio y empezando a construir cosas para Terminator 4y Avatar y quién sabe qué mas...
Stan Winston murió ayer, y una de las mejores partes del cine ya no va a ser igual.
Eso es.
1 Comments:
Cáspita cuantas cosas... Ánimo!!
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