Anastasia la de las dos madres...

...o al menos, la de las dos Tarjetas Madre... pero bueno, ya está de vuelta después de su terapia, y aparentemente con más mañas y sin haber olvidado una sola cosa (lo que puede ser un comentario muy machista, o sólo un hecho de la vida).

Tuve el impulso de aprovechar la ocasión para encargar un monitor más grande, o más RAM, o alguno de esos artilugios maravillosos que hacen que las PC's evolucionen hasta comerse el cerebro del usuario... pero mejor me doy por enterado con que funcione... todas las monerías serán para la próxima generación. Mmm... ¿Natasha? Sí, Natasha.

Por cierto que hoy me enteré de que a los caracaras también se les llama quebrantahuesos... ¿a que es un nombre perfecto? Malcom el Quebrantahuesos... usaré ese nombre en la novela de la teibolera, o en alguna cosa...

El virus ya está remitiendo, gracias por preguntar... todavía no se crea el arma biológica que nos derrumbe. Se están acercando, pero todavía no.

Hay un nuevo café, o centro de reunión, o no se qué, llamado La Mente... y no tengo idea de qué clase de lugar sea o nivel de servicio tenga, pero ese nombre es maravilloso... imagínense concertar una cita diciendo: "Te veo en LA MEEEEEEENTEEE".

Mmm... sí, hoy tengo un fetiche con los nombres. Los nombres son importantes, dan poder sobre las cosas y levantan o echan a perder la vida de las personas... si lo sabré yo en mi eterna lucha con el acta de nacimiento...

Existen pocas frases más idiotas como la de: "envidia de la buena"... Hay envidia, y punto. Y tengo una espantosa envidia por las seis nominaciones al Óscar que recibió el Fauno de Memo del Toro. Oh, sí. Pero caramba, hasta yo sé reconocer cuando alguien merece reverencia, qué bárbaro.

Estoy derivando mucho hoy... mmm, ¿y si realmente el virus ganó, y tomó el control de mi sistema nervioso, y ahora sólo soy un vehículo para el plan del virus para conquistar el mundo?

A que van a pensar en eso un rato...

Eso es.