Monday, July 17, 2006

De vuelta a las costas del destino...

Chamacas y chamacos, ya es esa semana del año. Ya quedaron atrás seis meses de garabatear en cada momento robado, la incertidumbre de buscar hotel (para encontrar uno en los límites de la ciudad, pero bueno...), los mil y centavos invertidos en impresiones... pero bueno, así es el negocio.

Una vez más. Octavo año consecutivo. Centro de Convenciones de San Diego, que registró el año pasado 104,000 visitantes con boleto pagado en los cuatro días. Otra vez a cazar editores, a ser ninguneado por el gato de turno de Lucasfilm, a agonizar en la fila, a tratar de ignorar las multitudes de Klingons y Sailor Moons. A ser guanteado por los aduaneros. A saludar al Star of India y a ir por spaguetti marinara a la pequeña Italia. Una vez más al único lugar dónde lo que hacemos podría abrirnos alguna puerta y donde sólo tenemos que competir con otros dos mil ingratos que van pensando exactamente lo mismo.

Una vez, más, este miércoles, estamos en nuestro lugar de poder, y volvemos hasta el lunes. Veamos qué pasa ahora.

Notas rápidas del Grinch viajero:

-En dado caso que alguien tenga un rato libre y una conexión rápida a internet el jueves 20 entre las 10:00 am y hasta mediodía más o menos (hora de aquí), en algún momento deberíamos aparecer ante las cámaras haciendo el ridículo en
www.comicbookchallenge.com o en www.nbcsandiego.com, donde estamos entre los cincuenta finalistas para tratar de vender una idea a un montón de Gente Muy Importante... y aún no tengo idea de qué demonios voy a decir.

-Soy una mala persona. De hecho, debo de ser una persona asquerosa. Sólo alguien como yo podría escuchar a Ya Saben Quién decirle a Felipe en su discurso que "por el bien de su familia y los que lo rodean, acepte el voto por voto", y pensar que se trata de una amenaza, ¿verdad? Sólo alguien tan amargado pensaría que eso de Tabasco es realmente una demostración de potencia de fuego, para que se hagan una idea de con lo que cuenta... soy una mala persona.

Y así va...

Pórtense mal, cuídense bien, Nancynismo para todos, saludos a la Prieta vacacionista, a la Polla bilingüe, al buen Buttkick, al cuate Edel, al Richard, al heróico Cuaas, al Animal y familia, Ale, al Allen, a la familia Maybrick, y a toda la maravillosa gente al otro lado del Alzheimer.

Y a la mejor, mejor, mejor novia del mundo mundial...


Próxima semana, traeremos noticias o por lo menos gringoaventuras.

RECOMENDACIONES:

-SUPERMAN REGRESA:

Cuando tenía cuatro años, y tenía que pasar la mayor parte del día encerrado en el condominio horizontal (vulgo vecindad), esperando que no aparecieran más alacranes como el de la noche anterior, y que el novio de la señora Soledad del depto. de al lado no volviera en estado inconveniente a traerle serenata etílica, mi posesión más valiosa era un mini-mini-cómic de Superman, de aquella prehistórica serie colibrí, no más grande de quince por ocho cms, y con unas doscientas páginas de historias surtidas. Aún debe estar por ahí. Y sí, me dí un par de porrazos saltando desde el sillón con la cobija a modo de capa. Incluso recuerdo la serie original de George Reeves en blanco y negro, o al menos una escena ridícula en la que Superman y un grupo de científicos volvían a la prehistoria, y la principal preocupación del líder era que todos se vistieran con ropa de cavernícola para no desentonar... y estaban los SúperAmigos, y las películas, y bueno...

...no recuerdo un tiempo en que no conociera al Hombre de Acero. También recuerdo que el fanatismo no me duró más allá de los ocho o nueve años, que fue más o menos cuando me dí cuenta de que nadie, absolutamente nadie, podía ser tan bueno.

Y eso es todo lo que está bien y mal con esta película.

Superman Regresa tiene todo que perder desde la concepción: llega demasiado tarde para gustarle a los fanáticos de las primeras películas (suponiendo que haya alguno, la mayor parte de ellas no se puede ver bajo estándares humanos), y demasiado pronto para conectar con los fans de Smallville (yo hubiera preferido que esperaran dos años y graduaran la serie a pantalla grande), pero bien, Bryan Singer decidió jugársela.

Y se nota que disfrutó cada minuto.

Esta película es una reliquia de otro tiempo y otro lugar. Para disfrutarla, hay que dejar en la puerta el cinismo y la sofisticación y el conocimiento de las leyes de la física, y simplemente dejarse llevar.

Sería muy difícil encontrar una persona en la Tierra que no sepa quién es Superman. Alguna encuesta dice que su "S" es el tercer símbolo más reconocido en el mundo, después de la Cruz Roja y la Estrella de David, conocido aún por tribus aisladas de África. Y aún con esa presencia en la mente de la aldea global, es casi imposible hacer que alguien se interese por él.

Simplemente porque es demasiado perfecto, demasiado atado a ideales que nadie se atrevería a compartir en voz alta, y sale en un traje que nadie en su sano juicio podría ver sin soltar la carcajada, con un peinado inhumano. Esta versión no es diferente. El traje está ahí (menos saturado, pero en fin), el peinado también, el Diario el Planeta y Jimmy con su corbata de moño, un Luthor chistoso que nada tiene que ver con la fabulosa creación de Smallville, una amenaza sacada de la manga y que no resiste el escrutinio de alguien con conocimientos de primaria, y en resumen, todo lo malo, ridículo y pasado de moda que podría haber en la historia de Superman está ahí. Así que esto debería ser un fracaso total.

A menos que uno acepte seguir el juego y dejarse llevar.

Y entonces, todo toma otro nivel.

Porque esto no está diseñado para pensar. Está diseñado para sentir el dolor de un salvador a quien ya nadie necesita, y la esperanza de su regreso, de creer que en cualquier momento alguien puede llegar para salvar el día.

Está diseñado para atreverse a sonreír en complicidad cuando se escuchan las notas del tema de Superman, uno de los soundtracks más sinceros, recordables y simplemente grandiosos de la historia del cine, o de cualquier cosa. Un Himno a la Aventura y a las Hazañas Más Grandes que la Vida, de cuando los compositores no tenían miedo de hacerse inmortales.

Está diseñado para aceptar que las balas rebotan en un ojo, que alguien puede darle la vuelta al mundo en una noche salvando a todos los que se crucen en su camino, que ningún obstáculo es insalvable cuando todo está en contra y sólo queda una última esperanza.

Está diseñado para creer en el perdón, y en la redención, y en el futuro, y en volver a tomar las cosas donde se quedaron para hacerlas mejores en una segunda oportunidad. Para creer en que aun siendo todopoderoso, un corazón puede destrozarse y volver a latir. Para pensar que somos una raza capaz de enormes hazañas con sólo un empujón en la dirección correcta.

Está diseñado para volver a tener ocho años y creer que todo es posible.

Esta no es, ni con mucho, la más grande película que se haya hecho. Y no lo necesita. Tiene enormes logros, tiene enormes carencias. Pero tiene grandes recompensas para los que tienen esa chispa para creer en grandes hazañas y en grandes aventuras y en el bien venciendo al mal y en que el mundo puede ser mejor.

Para todos los que alguna vez han querido volar.

Eso es.

3 Comments:

Blogger aurangelica said...

Eres una buena persona!

Y realmente todos nos emocionamos alguna vez con Superman, o al menos volvemos a ser los niños de ocho años al estar viendo la película y volvemos al menos por unos instantes a la infancia.

:* Suerte en San Diego! ;)

7:21 AM  
Blogger Núria said...

si señor, Superman granate no es la mejor película...se pueden entrever mensajes caducos y ñoños..pero me gustó verla y sobretodo las fotografias del principio, en la carátula, de todo el universo...De algo ha servido el gasto inhumano de la NASA...
En fin...
Felicidades también para Holy!!! Me ha gustado mucho!

4:55 AM  
Anonymous Anonymous said...

Mensaje de Jesús Rodríguez Acosta:
Los Estudios Penumbra te desean la mejor de las suertes en San Diego. Que finalemtne reconozcan tu talento.

8:04 PM  

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