Monday, May 10, 2010

Frazetta...



... En el día más apropiado para decir: "en la madre...", Frank Frazetta murió, a los 82 años.

Si ese nombre no les dice nada... quédense un rato, les va a hacer bien.

En el mundo de la fantasía, el cómic, o el arte comercial del siglo pasado y este que empieza (arte comercial, en oposición a lo que los críticos serios que se pasan horas alabando manchas garapiñadas y maniquíes con visor de buzo llaman "bellas artes"), no hay un sólo artista que haya causado tal impacto. Nadie más es responsable por elevar el humilde arte de la portada a alturas insospechadas, o de inspirar a miles para tomar el lápiz o el pincel y aspirar a alcanzar el mismo imposible nivel.

Un humilde servidor no tendría una página a medio dibujar en el restirador en este momento, si a los ocho años, saliendo de la cita semestral con el oculista, no hubiera volteado al restaurant que quedaba de paso y hubiera visto colgada en la pared ésa increíble imagen de la guerrera con el tigre dientes de sable (Pellucidar) que se le tatuó inmediatamente en la retina y le hizo pensar: ¿de dónde salió eso? ¿quién lo hizo? ¿cómo lo hizo?

Ustedes han visto pinturas de Frazetta, aunque no lo sepan. Conan, Tarzan, John Carter de Marte. Y otros cientos. La hermana de ésa que está al inicio del post, una de las poquísimas que el artista decidió vender, salió por más de un millón de dólares el año pasado.

Nadie como él, ni antes ni después. Los niños que estos días creen que con foto referencias y la última versión del Painter pueden hacer algo memorable, no son dignos de lavar sus pinceles.

La vida de Frazetta en sí es épica como sus pinturas (La he recorrido de atrás para adelante una docena de veces en sus libros The Living Legend, Icon, Legacy y Testament, y su biografía en DVD Painting with Fire). Dejó pasar una carrera de beisbolista con los Yankees para volverse dibujante fantasma de Al Capp, allá en los 50's (de quizá la tira cómica más ridícula de la historia, Li'l Abner, pero al menos en esa etapa la mejor dibujada), y en los 60's impactar al mundo con sus pósters de películas, que lo llevaron a las portadas que lo hicieron inmortal. Las novelas de Edgar Rice Burroughs y de Robert Howard se vendían por cientos de miles, prácticamente por la portada, y el hecho es verídico. Sus portadas para Creepy, Eerie y (el Cielo nos ampare) Vampirella, son legendarias. Con su musa Ellie y familia se mudó a su propio oasis de bosque, donde no tenía por qué preocuparse más que pintar, y empezó el negocio de pósters, calendarios y similares que lo hizo millonario. Se volvió uno de los primeros artistas en conservar todos sus originales y los derechos sobre sus imágenes. En su momento lo asediaban Clint Eastwood, Silvester Stallone, Bo Derek y George Lucas, todos rogándole por algún trabajo. Hizo una fabulosa animación en teoría, que en la práctica se quedó corta, Fire and Ice, y dejó tras de sí cientos de imágenes de bárbaros, diosas seductoras, criaturas y mundos imposibles, que son el punto de comparación para todo lo que vino después.

¿Cómo hacía lo que hacía? No tengo idea. Si le creemos a sus biógrafos, tardaba menos de un día en cada pintura. Estuvo al borde de la muerte hace dos décadas por una condición tiroidal mal diagnosticada, y en los últimos años tuvo un ataque que le inutilizó la mano derecha (y, caramba... se volvió aún MEJOR dibujando con la zurda...). Supongo que no resistió la partida de Ellie y las estafas de su familia en los últimos dos años. O tal vez demasiados actos heróicos pasan la factura.

Voy a pasar un minuto con el lápiz a punto, sin trazar, en homenaje al más grande de todos los que alguna vez hemos luchado por sacar las imágenes que nos rondan y mostrarlas al mundo.

Después, a dibujar de nuevo. Es lo que Frazetta haría.

Eso es.

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