El silencio total...

... eso es señal indiscutible de que juega la Selección. Y que no está muy bueno el juego.

En estos días estoy leyendo la colección de The Hitchhiker's Guide to the Galaxy, de Douglas Adams. Tal vez vieron la película hace dos o tres años, que llegó como La Guía del Viajero Intergaláctico. Mortalmente aburrida. Nada que ver con el libro.

Bueno, la primera media hora de la película es más o menos fiel a la mitad de la primera novela (fueron 5 en total): Arthur Dent se encuentra con que su casa está a punto de ser demolida para abrir una calle en su lugar. Su amigo Ford Prefect le informa que eso es lo de menos, ya que la Tierra está a unos minutos de ser demolida para dar paso a una vía rápida interestelar (cuyo plan estuvo publicado durante 50 años en la oficina local de Alfa Centauri, y ningún terrícola se molestó en revisar y levantar una queja). Minutos después, la Tierra es demolida.

Y los únicos sobrevivientes (de los que se sabe en ese momento) son Arthur y Ford. Este último es un investigador extraterrestre, que reúne datos para la Guía del Viajero Intergaláctico (lo que no es muy preciso... Hitchhiker es el que viaja de aventón, pero no sé si aquí tiene traducción. En España dirían autostopista), el libro más útil del universo, que te dice cómo ver las maravillas del universo por 30 dólares altarianos al día o menos.

Y ahí empieza todo...

Hasta donde voy (a punto de empezar el tercer libro), el engendro es HILARANTE... el Adams (RIP) tenía un don sobrenatural para encontrarle lo absurdo a todo y hacer que sonara creíble, y peor aún, que reconocieras las estupideces de la vida que reflejaba lo suficiente como para doblarte de risa... una experiencia fabulosa.

Para los ratos libres. De vuelta al restirador...

Eso es.