Las siete y otras ondas...
Chamacas y chamacos, parece que esta vez sí estamos viendo la luz al final del virus (en efecto, las dos tormentas del fin de semana no tuvieron un efecto precisamente terapéutico). Pero sí, esas armas bacteriológicas están cada vez más refinadas, felicidades por el esfuerzo.
Fue buen detalle eso de tener maravilla del mundo... y aparentemente podríamos ir a las Vegas con razonable éxito, al menos en la segunda votación le acertamos a cuatro de las siete ganadoras (de las restantes, el Taj Mahal era inevitable y Petra fue buena jugada política... del Cristo del Corcovado creo que lo más indicativo es que muchos brasileños tienen internet).
Una de las desventajas de tener TV de ruido de fondo es escuchar comerciales de ruido de fondo... y después de escuchar doscientas veces el comercial de la rueda de discusión de los angelicales niños Kleen Bebé me veo obligado a preguntar: ¿cuáles son los científicos ganadores del Nobel que aparentemente se reunieron en Estocolmo y decidieron que es imposible hacer pañales biodegradables?
(Eso es para que tengan una linda imagen el resto del día).
Y no es que sea un amargado (bueno, sí), pero sigo preguntándome cuánto carbón, electricidad, aerosoles, químicos y demás se invirtieron en los conciertos de Live Earth... ¿se compensaron con la causa ecológica?
(Ok, se compensaron con reunir a Génesis, pero aún así).
Seguimos con singular alegría y sólo una poca de angustia preparando el evento de dentro de dos semanas y centavos... mientras tanto, las biografías de los cincuenta implicados en:
http://blueroom.att.com/hollywood/events/comicchallenge_bios.php
Pórtense mal, cuídense bien, Nancynismo para todos... saludos a la Polla sanmigueleada, a la Prieta examinada, al buen Buttkick, al Sr. Quintero, al heróico Cuaas, a la Caramela y el Darling escapado, a Hatsumi, al primo Jerry, y a toda la maravillosa gente al otro lado del Alzheimer.
Y a la mejor novia del mundo mundial.
Próxima semana, cartas astrales hechas con sopa de letras.
RECOMENDACIONES:
-RATATOUILLE
(Y ni siquiera voy a tratar de pronunciarlo)
Una de las leyendas más conocidas del mundo del deporte (bueno, no es leyenda, es un hecho histórico) es la del Dream Team de la olimpiada de Barcelona 92... desde el momento en que decidieron que era permitido tener profesionales en el equipo, el mundo entero sabía que esa medalla de oro ya estaba dada. Tenían los doce mejores jugadores de la NBA en una época en que las leyendas aún jugaban entre ellos, y no había vuelta de hoja, sólo intentar conseguir los mejores lugares para ver los partidos.
Porque hay veces en que simplemente hay que reconocer que hay seres superiores que pueden hacer lo que los mortales comunes únicamente soñamos, y no vale la pena ni molestarse con ellos... únicamente gozar con el arte de alguien que está en la cúspide y hace las cosas como nadie más.
Una vez cada año y medio, o algo así, Píxar regresa para recordarle al mundo por qué no vale la pena ni molestarse con ellos...
Ratatouille debe ser la película animada más anticomercial de la historia... y eso es sin mala intención. Una película de cocina. Protagonizada por una rata. Aún peor, sin súper poderes o niños o juguetes. Debe haber sido una pesadilla para venderla.
Y sin embargo, cuando la animación se abarata tanto que puede haber cinco o seis películas al año (cuando Buza Caperuza puede competir en igualdad de condiciones)... hay que dejar que la gente que sabe siga sus instintos y se de el tiempo de crear sus obras de arte.
Y arrasar, ya que están en eso.
Dudo que este sea un gran éxito de taquilla para Píxar, y es una lástima, porque simplemente es la más grandiosa animación que se haya hecho. Sin competencia. Seguro hay mejores guiones y seguro habrá otras con mayor importancia histórica. Pero en esta es la obra más increíblemente compleja, detallada y maniáticamente desarrollada que se haya intentado.
Sí, lo sostengo. La fuerza está en las sutilezas: el darle presencia y personalidad a los diez mil elementos de la cocina o a la docena de personajes principales (con la garantía Píxar de que fueron animados a mano en lugar de usar la aburrida captura de movimiento... lo que es la diferencia entre comprar un Picasso original o una copia de diez dólares)... la tremenda complejidad de recrear una ciudad auténtica (y sé de buena fuente que el resultado final es idéntico al París real)... el esfuerzo de investigar las preparaciones (seguro que cada receta es auténtica y realizable)... caramba, sin ir más lejos, el preocuparse por cómo animar pan crujiendo y hojas de papel mojadas...
Pero más allá de la técnica, que jamás tiene comparación, lo que hace inolvidables las obras de Píxar siempre son las historias... esta vez no es la excepción, con la anécdota más básica posible: alguien insignificante que tiene un sueño más grande que él mismo y que quiere alcanzar sin importar los obstáculos. Eso es todo. Así es Remy la rata, e inexplicablemente desde el primer minuto nos ponemos de su lado (y eso no es fácil, si partimos de la base de que la mayor parte de la humanidad odia a las ratas)... y podemos ponernos en sus zapatos (patas) y seguir toda la aventura desde su punto de vista, de las cloacas al lujo absoluto y a su contacto con los humanos en los que tiene una fé absoluta a pesar de que lo decepcionan constantemente...
Y eso es lo que más resuena del mensaje de la película, más allá de la técnica insuperable o la animación perfecta, o la música hecha a la medida: Remy repite una y otra vez que tiene que haber algo más... que los humanos no pueden ser tan malos porque se preocupan por crear, y que él quiere crear algo y hacer cosas nuevas también... que el origen no tiene nada que ver con las aspiraciones y que todo lo que se necesita es algo de valor y otro tanto de confianza.
Y vamos, al final (porque no estoy echando a perder nada si les adelanto que hay final feliz, ¿verdad?), incluso nos llega al corazón el personaje que jamás hubiéramos creído posible...
Eso, mis pequeños pitufitos, es lo que hace a Píxar diferente de cualquier otra empresa... no que tengan la mejor tecnología o los mayores recursos... simplemente que tienen la mayor PASIÓN y el VALOR para intentar cosas nuevas y la CONFIANZA de pasarse otros tres o cuatro años desarrollando algo que va a ser aún más impresionante que la obra anterior... o que quizá vaya a ser un fracaso, pero va a sentar la base para algo mucho mayor. Esas son cosas que no se aprenden y que van más allá de la práctica o de los orígenes.
O tal vez sea que pueden darse el lujo de apostarle a una pequeña rata cocinando en París y lograr que uno salga preguntándose si realmente puede haber algún platillo que sepa tan bien como logran que se vea...
Como bien dice alguien en algún momento de la película... no me interesa saber qué vaya a cocinar Píxar a continuación. Estoy seguro de que van a sorprenderme.
Eso es.
Fue buen detalle eso de tener maravilla del mundo... y aparentemente podríamos ir a las Vegas con razonable éxito, al menos en la segunda votación le acertamos a cuatro de las siete ganadoras (de las restantes, el Taj Mahal era inevitable y Petra fue buena jugada política... del Cristo del Corcovado creo que lo más indicativo es que muchos brasileños tienen internet).
Una de las desventajas de tener TV de ruido de fondo es escuchar comerciales de ruido de fondo... y después de escuchar doscientas veces el comercial de la rueda de discusión de los angelicales niños Kleen Bebé me veo obligado a preguntar: ¿cuáles son los científicos ganadores del Nobel que aparentemente se reunieron en Estocolmo y decidieron que es imposible hacer pañales biodegradables?
(Eso es para que tengan una linda imagen el resto del día).
Y no es que sea un amargado (bueno, sí), pero sigo preguntándome cuánto carbón, electricidad, aerosoles, químicos y demás se invirtieron en los conciertos de Live Earth... ¿se compensaron con la causa ecológica?
(Ok, se compensaron con reunir a Génesis, pero aún así).
Seguimos con singular alegría y sólo una poca de angustia preparando el evento de dentro de dos semanas y centavos... mientras tanto, las biografías de los cincuenta implicados en:
http://blueroom.att.com/hollywood/events/comicchallenge_bios.php
Pórtense mal, cuídense bien, Nancynismo para todos... saludos a la Polla sanmigueleada, a la Prieta examinada, al buen Buttkick, al Sr. Quintero, al heróico Cuaas, a la Caramela y el Darling escapado, a Hatsumi, al primo Jerry, y a toda la maravillosa gente al otro lado del Alzheimer.
Y a la mejor novia del mundo mundial.
Próxima semana, cartas astrales hechas con sopa de letras.
RECOMENDACIONES:
-RATATOUILLE
(Y ni siquiera voy a tratar de pronunciarlo)
Una de las leyendas más conocidas del mundo del deporte (bueno, no es leyenda, es un hecho histórico) es la del Dream Team de la olimpiada de Barcelona 92... desde el momento en que decidieron que era permitido tener profesionales en el equipo, el mundo entero sabía que esa medalla de oro ya estaba dada. Tenían los doce mejores jugadores de la NBA en una época en que las leyendas aún jugaban entre ellos, y no había vuelta de hoja, sólo intentar conseguir los mejores lugares para ver los partidos.
Porque hay veces en que simplemente hay que reconocer que hay seres superiores que pueden hacer lo que los mortales comunes únicamente soñamos, y no vale la pena ni molestarse con ellos... únicamente gozar con el arte de alguien que está en la cúspide y hace las cosas como nadie más.
Una vez cada año y medio, o algo así, Píxar regresa para recordarle al mundo por qué no vale la pena ni molestarse con ellos...
Ratatouille debe ser la película animada más anticomercial de la historia... y eso es sin mala intención. Una película de cocina. Protagonizada por una rata. Aún peor, sin súper poderes o niños o juguetes. Debe haber sido una pesadilla para venderla.
Y sin embargo, cuando la animación se abarata tanto que puede haber cinco o seis películas al año (cuando Buza Caperuza puede competir en igualdad de condiciones)... hay que dejar que la gente que sabe siga sus instintos y se de el tiempo de crear sus obras de arte.
Y arrasar, ya que están en eso.
Dudo que este sea un gran éxito de taquilla para Píxar, y es una lástima, porque simplemente es la más grandiosa animación que se haya hecho. Sin competencia. Seguro hay mejores guiones y seguro habrá otras con mayor importancia histórica. Pero en esta es la obra más increíblemente compleja, detallada y maniáticamente desarrollada que se haya intentado.
Sí, lo sostengo. La fuerza está en las sutilezas: el darle presencia y personalidad a los diez mil elementos de la cocina o a la docena de personajes principales (con la garantía Píxar de que fueron animados a mano en lugar de usar la aburrida captura de movimiento... lo que es la diferencia entre comprar un Picasso original o una copia de diez dólares)... la tremenda complejidad de recrear una ciudad auténtica (y sé de buena fuente que el resultado final es idéntico al París real)... el esfuerzo de investigar las preparaciones (seguro que cada receta es auténtica y realizable)... caramba, sin ir más lejos, el preocuparse por cómo animar pan crujiendo y hojas de papel mojadas...
Pero más allá de la técnica, que jamás tiene comparación, lo que hace inolvidables las obras de Píxar siempre son las historias... esta vez no es la excepción, con la anécdota más básica posible: alguien insignificante que tiene un sueño más grande que él mismo y que quiere alcanzar sin importar los obstáculos. Eso es todo. Así es Remy la rata, e inexplicablemente desde el primer minuto nos ponemos de su lado (y eso no es fácil, si partimos de la base de que la mayor parte de la humanidad odia a las ratas)... y podemos ponernos en sus zapatos (patas) y seguir toda la aventura desde su punto de vista, de las cloacas al lujo absoluto y a su contacto con los humanos en los que tiene una fé absoluta a pesar de que lo decepcionan constantemente...
Y eso es lo que más resuena del mensaje de la película, más allá de la técnica insuperable o la animación perfecta, o la música hecha a la medida: Remy repite una y otra vez que tiene que haber algo más... que los humanos no pueden ser tan malos porque se preocupan por crear, y que él quiere crear algo y hacer cosas nuevas también... que el origen no tiene nada que ver con las aspiraciones y que todo lo que se necesita es algo de valor y otro tanto de confianza.
Y vamos, al final (porque no estoy echando a perder nada si les adelanto que hay final feliz, ¿verdad?), incluso nos llega al corazón el personaje que jamás hubiéramos creído posible...
Eso, mis pequeños pitufitos, es lo que hace a Píxar diferente de cualquier otra empresa... no que tengan la mejor tecnología o los mayores recursos... simplemente que tienen la mayor PASIÓN y el VALOR para intentar cosas nuevas y la CONFIANZA de pasarse otros tres o cuatro años desarrollando algo que va a ser aún más impresionante que la obra anterior... o que quizá vaya a ser un fracaso, pero va a sentar la base para algo mucho mayor. Esas son cosas que no se aprenden y que van más allá de la práctica o de los orígenes.
O tal vez sea que pueden darse el lujo de apostarle a una pequeña rata cocinando en París y lograr que uno salga preguntándose si realmente puede haber algún platillo que sepa tan bien como logran que se vea...
Como bien dice alguien en algún momento de la película... no me interesa saber qué vaya a cocinar Píxar a continuación. Estoy seguro de que van a sorprenderme.
Eso es.
3 Comments:
Mira, hasta foto te publicaron....
Suerte!!!
Yarenny
Wooow... simplemente maravillosa la de Ratatouille!!!
Es para mi sin duda alguna, la mejor película animada que he visto.
La historia es genial, los detalles... todo!!! hasta se me antojó de nuevo ir a Paris!!! Oh la la... !!!
Iremos!!! ;)
Cierto, Ratatouille es una maravilla visual que supera por mucho cualquier cosa que haya hecho Pixar (o cualquier otro estudio) y tiene un soundtrack impresionante, se nota el amor que se le puso a cada segundo de la pelicula; y la pareja protagonista es, a pesar de ser una rata y un lavaplatos inepto, bastante agradable y es una gozada verlos.
Y, sin embargo, esta condenada a caer en la irrelevancia comercial.
Y es que esta es la película que ha tenido el desempeño más pobre de todas las producciones de Pixar en los Estados Unidos y lo más seguro es que Transformers y Harry Potter 5 la hagan pedazos en la taquilla internacional. Y la verdad, dudo que su desempeño en DVD sea mejor.
Pero no podemos decir que la situación sea sólo por la competencia de otras películas. La película en sí, aún cuando es una excelente opción, si la vemos desde un punto neutral, es una cinta que, simplemente, apunta a un mercado al que no alcanza: Los niños.
Porque Ratatouille, en el fondo, es una cinta hecha para el público adulto, los temas que trata no son algo que en realidad a los niños les importe, y aunque esto podría verse de modo que tal vez, por una sola ocasión sean los padres los que arrastren a los niños al cine y no al revés (lo cual es de agradecer, ¿cuándo fue la última vez que un estudio de animación se preocupó por ofrecer un buen bocado a los padres?), en realidad no alcanzará para darle el empuje que merece.
Digo esto, porque en la función a la que asistí, llena de familias con dos o tres niños, no pasó mucho para que los pequeños comenzaran a levantarse, correr, jugar y no ponerle atención a la película (algo que no sucedió con la muy inferior Shrek 3), mientras que los padres eran quienes reían y apreciaban la cinta. Cuando una película falla en capturar la atención de su público objetivo, entonces hay un problema.
Y no debemos olvidar el problema de que la cinta está llena de roedores; o, como diría mi novia cuando salimos del cine:
— Pues sí, muy bonita, pero está llena de ratas preparando comida, mi mamá la habría odiado.
Esto, y el que a mi parecer el final haya sido ligeramente anticlimático son los únicos puntos dudosos del filme.
Sabes, el hecho de que Ratatouille no tenga el éxito que se merece te hace pensar que el mundo del cine no es muy justo. Aunque es casi seguro que obtenga el Oscar a película animada.
Pero qué se le va a hacer.
P.S.
Fantástica la Holy del viernes pasado.
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