Reconstituyendo la gelatina en que se convirtió mi mente...

...ok, todo el fin de semana encerrado pagineando sí hace daño, uno cae fulminado a media tarde con escasos signos vitales.

¿Está mal expresar públicamente que tengo unas ganas casi irresistibles de darle un sape en la maceta a la niña de la cocina del PRD? Lo siento, su voz me cae como gis en pizarrón...

Me sigue pareciendo interesante el comentario que hicieron el otro día en TV, que en este país no se la creen de algo hasta que no les pasa a ellos. En mi humilde opinión, precisamente la idea de una tarea preventiva es que no pase nada, ¿o no?

Warren Ellis (uno de mis escritores favoritos) creó una serie fabulosa llamada Global Frequency, en la que la idea era un equipo de 1001 expertos, especializados en alguna habilidad extrema o algún campo del conocimiento, que en cualquier momento recibían una llamada para salvar al mundo. Había ideas de lo más extremas, como el agente de la guerra fría que estaba colapsando después de años de abandono, a punto de teletransportar un arma nuclear a la ciudad en que estaba encubierto, o el satélite equipado con lanzas inerciales de carbono que estaba por dispararse y eliminar a la mitad del planeta... o la chamaca experta en parkour que tenía una hora para atravesar Londres antes de que un terrorista liberara un gas letal. Excelente serie, incluso la hicieron piloto de TV. Lo simpático es que, precisamente, si la Frequency hacía bien su trabajo, tenía que parecer que no había pasado nada y la gente jamás se enteraría de las amenazas que habían librado por poco.

Bueno, a mí me gustó.

Y la respuesta de la trivia: ¿Qué concesión al bolsillo se hizo el Grinch para celebrar la victoria de Earthbuilders? Babylon 5. Toda la serie. Oh, sí.


Seis páginas para terminar Mr. Stuffins. Deben estar antes del jueves.

Seguimos trabajando.

Eso es.