Encarrilándonos...
... bueno, todo es cuestión de ajuste y de recordar cuál es el bote de la basura y cuál el de la ropa sucia... afortunadamente nos regalaron esa batería de cocina que venía en la caja de cartón gigantesca, lo que significa que tenemos mesa incluida...
Ya respondió el editor de Piper (cuyo número 1 ha estado a la venta en Comicastle desde hace dos semanas, por cierto), y ya tenemos trabajo para empezar hoy con singular alegría. El proyecto de las Charmed no se armó, pero bueno, al menos la novia tiene otro dvd para la colección.
El lápiz ya empieza a responder otra vez. Incluso estamos aprendiendo a lavar platos, aunque el súper asusta...
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CRÓNICAS DE LA AVENTURA EUROPEA:
(Hay bastante rollo que echar de esto, así que lo iremos sacando por episodios)
Mmm... cuatro países en tres semanas, cada uno con su idioma oficial, y ninguno de ellos inglés. (Si contamos que Barcelona es su propio microuniverso que prefiere el catalán, casi podríamos descartar el español)... si suena maratónica es porque así estuvo.
La parte más ingrata, como generalmente, es el avión. Particularmente el que brinca el charco, diez horas de ida, once y media de venida. La cuñada tiene palancas en Air France y nos consiguió clase Ejecutiva para el de ida (ya compensamos viajando en turista el regreso)... aún así, uno termina como trapo (afortunadamente de ida el viaje coincidía poco más o menos con el período de sueño). Los asientos de el Boeing 777 o lo que sea esa cosa son una MARAVILLA de diseño, desde mi limitada percepción profesional del diseño industrial hago una reverencia... logran acomodar el sofá cama, la mesita, la tv, el control y demás mafufadas, e incluso hacer que se vean razonablemente humanos. Para bien o para mal hay una opción de programa que da la opción de ver cuántos kilómetros van de viaje y otros números (no es muy tranquilizador saber que uno va a once mil metros de altura y que la temperatura exterior es de -50 centígrados... hijitos míos, eso ya es prácticamente rozar el borde de la atmósfera)
Eso sí, cómo engullen en los aviones franceses. Pero como ya aprendimos, aún sin hambre no hay que desaprovechar calorías gratis en un viaje, nunca se sabe cuándo vaya a haber otra oportunidad de comer.
El shock cultural llega cuando dejan de dar mensajes en inglés y se ve por la ventanilla una cosa a la distancia que tiene forma de torre Eiffel...
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Eso es.
Ya respondió el editor de Piper (cuyo número 1 ha estado a la venta en Comicastle desde hace dos semanas, por cierto), y ya tenemos trabajo para empezar hoy con singular alegría. El proyecto de las Charmed no se armó, pero bueno, al menos la novia tiene otro dvd para la colección.
El lápiz ya empieza a responder otra vez. Incluso estamos aprendiendo a lavar platos, aunque el súper asusta...
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CRÓNICAS DE LA AVENTURA EUROPEA:
(Hay bastante rollo que echar de esto, así que lo iremos sacando por episodios)
Mmm... cuatro países en tres semanas, cada uno con su idioma oficial, y ninguno de ellos inglés. (Si contamos que Barcelona es su propio microuniverso que prefiere el catalán, casi podríamos descartar el español)... si suena maratónica es porque así estuvo.
La parte más ingrata, como generalmente, es el avión. Particularmente el que brinca el charco, diez horas de ida, once y media de venida. La cuñada tiene palancas en Air France y nos consiguió clase Ejecutiva para el de ida (ya compensamos viajando en turista el regreso)... aún así, uno termina como trapo (afortunadamente de ida el viaje coincidía poco más o menos con el período de sueño). Los asientos de el Boeing 777 o lo que sea esa cosa son una MARAVILLA de diseño, desde mi limitada percepción profesional del diseño industrial hago una reverencia... logran acomodar el sofá cama, la mesita, la tv, el control y demás mafufadas, e incluso hacer que se vean razonablemente humanos. Para bien o para mal hay una opción de programa que da la opción de ver cuántos kilómetros van de viaje y otros números (no es muy tranquilizador saber que uno va a once mil metros de altura y que la temperatura exterior es de -50 centígrados... hijitos míos, eso ya es prácticamente rozar el borde de la atmósfera)
Eso sí, cómo engullen en los aviones franceses. Pero como ya aprendimos, aún sin hambre no hay que desaprovechar calorías gratis en un viaje, nunca se sabe cuándo vaya a haber otra oportunidad de comer.
El shock cultural llega cuando dejan de dar mensajes en inglés y se ve por la ventanilla una cosa a la distancia que tiene forma de torre Eiffel...
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Eso es.
posted by Axel at 8:27 AM
1 Comments:
Vaya.... si, que emoción... no siempre se puede ver la torre cuando llegas. Afortunadamente nos tocó.
Jejeje... que bien... Gracias por este gran viaje!!!
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