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Son los pequeños detalles.
Desde hace un año y medio, o tal vez dos, mi rutina para la misa dominical (sí, voy a la católica y romana los domingos, supérenlo) ha sido levantarme a las 7:30 para ir a la de 8:00. Casi siempre veo a la gente habitual, aunque no tenga idea de quiénes son o cómo se llaman. La pareja de sesentones que siempre van de tenis. El don que se parece al Chicote de las películas de Jorge Negrete. La familia Telerín que siempre van en fila a todos lados. El que parece Ed Harris con patillas. La doña que se pone en primera fila, siempre reparte el Semanario y canta como que en su mente se cree Edith Piaf. Bueno, a la salida, el atractivo principal son los tamales de la señora con la que ya tengo código de comunicación, levanto la mano al llegar desde el otro lado del atrio, y ya sabe que quiero la misma orden de todas las semanas: tres dulces, tres de pollo, dos de moles. Rutina.
Hasta que este domingo me dí cuenta que el próximo ya no va a haber nada de eso...
Y de pronto me cae el veinte de que en esta semana, cada día es el último día con esta rutina.
Qué cosas, ¿no?
En fin... así es como funciona... y lo que viene tiene que ser mejor.
Página y media para cerrar el compromiso de The Piper 3... debe quedar hoy.
Eso es.
Desde hace un año y medio, o tal vez dos, mi rutina para la misa dominical (sí, voy a la católica y romana los domingos, supérenlo) ha sido levantarme a las 7:30 para ir a la de 8:00. Casi siempre veo a la gente habitual, aunque no tenga idea de quiénes son o cómo se llaman. La pareja de sesentones que siempre van de tenis. El don que se parece al Chicote de las películas de Jorge Negrete. La familia Telerín que siempre van en fila a todos lados. El que parece Ed Harris con patillas. La doña que se pone en primera fila, siempre reparte el Semanario y canta como que en su mente se cree Edith Piaf. Bueno, a la salida, el atractivo principal son los tamales de la señora con la que ya tengo código de comunicación, levanto la mano al llegar desde el otro lado del atrio, y ya sabe que quiero la misma orden de todas las semanas: tres dulces, tres de pollo, dos de moles. Rutina.
Hasta que este domingo me dí cuenta que el próximo ya no va a haber nada de eso...
Y de pronto me cae el veinte de que en esta semana, cada día es el último día con esta rutina.
Qué cosas, ¿no?
En fin... así es como funciona... y lo que viene tiene que ser mejor.
Página y media para cerrar el compromiso de The Piper 3... debe quedar hoy.
Eso es.
3 Comments:
Claro que será mucho mejor ;)
Ánimooooooo!!!! :*
Solo puedo desearte lo mejor, la rutina cambiara, porque el matrimonio aunque te digan que no debes dejar que caiga en ella, asi sera, y no siempre es malo ;) besar a tu esposa todas las mañanas, todas las tardes y todas las noches, hagan de sus rutinas, rutinas disfrutables, Felicidades.
Fíjate que pequeños detalles nunca deja de haber...
Hace más de diez años mi rutina para la misa dominical (¡ser católico es políticamente incorrecto! ¡Eso rifa!) era despertar a las 6 para estar echada hasta las 7 y media u ocho, y luego darme la vuelta a la parroquia de Santa Tere, para pescar misa de 8 o 9, dar una vueltita por el tianguis, desayunar en el mercado y regresar a la casa.
Ahora, me despierto a las 7 para estar echada hasta las 9 que empieza el programa Domingo 7. Lo vemos G. y yo computadora en mano, respondemos a todas las trivias que sacan. En promedio, nos ganamos unos dos libros cada mes. Y luego vamos a pescar alguna misa, si nos apetece vamos al tianguis y a desayunar a Santa Tere o, si no, a algún restaurante para platicar.
No sé, pero creo que uno sale ganando. Ya verás que así será.
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